El presidente de Chile, Gabriel Boric, presentó su presupuesto para 2024. Es un proyecto que, adelantó el mandatario la noche del pasado jueves en cadena pública, estará enfocado en el aumento de la inversión social y en la seguridad. Y busca “seguir mejorando la vida de nuestros habitantes. En particular de las familias trabajadoras de ingresos bajos y medios, de jóvenes y de personas mayores”. Sobre esto, en Palabra Que Es Noticia conversamos con el economista y ex ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
¿Cómo ha visto el Presupuesto 2024 en torno a educación?
“No cabe duda de que la educación es el tema más importante, pero lo que se dice y el presupuesto son dos cosas diferentes. El problema radica en una larga historia de mala administración que llevó al extremo de cerrar nueve escuelas. Esta mala gestión implica el uso indebido de los fondos destinados a la educación para otros fines. Temo que este problema va mucho más allá de la punta del iceberg, porque si se envía la señal de que las deudas pueden ser ignoradas, no hay incentivo para que los municipios se esfuercen. Llevo mucho tiempo insistiendo en el daño que causó el cierre de escuelas durante la pandemia, un daño tres veces mayor en las escuelas municipales”, señala Ignacio Biones.
“Si no tomamos esto en serio, las brechas educativas solo aumentarán. No hay presupuesto para abordar esta crisis educativa. Menos de tres millones al mes son asignados para todo el sistema educativo chileno, lo cual claramente no es suficiente para corregir los problemas actuales en las escuelas. Participé en el consejo de reactivación educativa donde propusimos una serie de medidas para que el gobierno pudiera presentar un plan a la altura del desafío. Hasta ahora, nada de eso ha sucedido, y siento que esta debería ser nuestra máxima prioridad, pero no se ha hecho nada significativo al respecto”, indica el economista y ex ministro de Hacienda.
¿Esto ha sido opacado por la agenda legislativa?
“No sé quién lo ha opacado, pero el papel del gobierno es priorizar. Cuando hay una emergencia, la clave está en enfocar los recursos adecuadamente”, asegura Ignacio Briones.
¿Esta será la gran deuda del Gobierno de Boric?
“Yo no lo vería de esa manera. Hay que entender que el futuro de millones de chilenos se juega aquí. Ya hemos cerrado escuelas y si no somos capaces de superar las disputas políticas, es una gran injusticia. Es una deuda gigante con el país, pero hay una contradicción en este discurso con la realidad de la educación preescolar y escolar. No veo que aquí se haya establecido una prioridad absoluta”, afirma el economista y ex ministro de Hacienda.
¿Usted opina, al igual que JAK, que la situación del Consejo se puede dar vuelta en dos meses para llegar a un acuerdo para llamar a votar por el apruebo?
“No sé cuál es la opinión de JAK, pero podría estar de acuerdo si se dice que vamos a darle un vuelco, comenzando por buscar acuerdos más amplios. La ciudadanía lo sabe, está cansada y desconectada de este proceso, está cansada de la disputa y las diferencias. Por lo tanto, cambiar el tono y la predisposición hacia algo diferente es la forma de cambiar esto. Lo que importa es cómo se comunica el mensaje y eso no está sucediendo en la actualidad. Los acuerdos y la estabilidad van de la mano, porque desde la perspectiva de la ciudadanía, cuando ven un debate polarizado, sienten que no hay estabilidad. Para acercar esto a la ciudadanía, es necesario abrir el camino para que perciban acuerdos genuinos, pensando en Chile”, sostene Ignaico Briones.
¿Ve en esto una suerte de 15 de noviembre, con todos llamando a votar por el apruebo?
“Creo que es más complejo que eso y más profundo. La clave radica en que la ciudadanía perciba un tono creíble de paz y estabilidad. Un tono donde todos los sectores se sientan parte de ello”, comenta el economista y ex ministro de Hacienda.
¿El texto actual permite tener ese tono?
“Sin duda, el tono está vinculado a lo que se pueda acordar respecto al texto. Creo que hay una gran diferencia entre este texto y la fallida Convención anterior. Sin embargo, había una serie de indicaciones que, en la práctica, excluyen a la izquierda, y eso no puede ser un factor para establecer un buen tono. Las constituciones deben establecer mínimos, no máximos, no deben ser como programas de gobierno, ya que se busca que esto dure muchos años. Es fundamental centrarse en los mínimos que definan derechos y dejar un espacio amplio para la democracia. Este proceso está siendo muy cuesta arriba”, plantea Ignacio Briones.
“Todavía hay instancias por delante, y la clave de esto radica en llegar a un acuerdo más amplio para que el texto represente a todos los chilenos. Quiero señalar que, aunque este proceso está alejado de la ciudadanía, soy de los que creen que la clave del debate está en alcanzar acuerdos. Imaginemos la situación en la que, un día después del 17 de diciembre, se rechaza el texto; la señal que se enviará será de incertidumbre, el tema seguirá abierto y habrá polarización, además, los chilenos serán incapaces de ponerse de acuerdo. En segundo lugar, este texto es la gran oportunidad para corregir el sistema político que perjudica a los chilenos, y en tercer lugar, el estado funciona mal en muchos aspectos y se quedó en el siglo pasado”, fundamenta el economista y ex ministro de Hacienda.
“Esto está relacionado con un gran problema de fondo que se llama empleo en el sector público, captura política del empleo, inamovilidad funcionaria, y esto se mejora atacando el estatuto administrativo que es una camisa de fuerza que impide hacer esos cambios y que ningún gobierno se atreverá a hacer”, concluye en Palabra Que Es Noticia Ignacio Briones.