ENTREVISTAS

Psicóloga Patricia Castillo y Sename: «Son más los casos de adultos que prestaron ayuda, que los que efectivamente cometieron actos de vulneración»

En #FuturoPSP conversamos con Patricia Castillo sobre la obra “Nunca Jamás”, que se está presentando en el Teatro Nacional Chileno.

Tyrone Campoverde |

Patricia Castillo

Patricia Castillo

«Nunca Jamás» es la nueva obra que ya se estrenó en el Teatro Nacional Chileno, que surgió de la investigación de la psicóloga Patricia Castillo. La obra es sobre la idea de un empresario que genera un sistema de hogares donde solo habitan niños, sin padres. En Palabras Sacan Palabras conversamos con Patricia Castillo sobre la obra «Nunca Jamás», que se estrenó el 11 de octubre. 

La puesta en escena es dirigida por Mario Monge, pone el foco en el problema dela institucionalización de los niños que no tienen tutores y cómo sus vidas quedan amarradas a los subsidios, cuando el cuidado de la infancia debería ser una prioridad.

Se nos sigue apareciendo el Sename para nosotros como imagen. ¿La marca es difícil de sacar, no? 

«Sí, nosotras con Claudia Hernández del Solar, hicimos una investigación que duró cuatro años. En la cual recorrimos y ubicamos, un análisis de prensa desde el año 79 al año 2000, una búsqueda de archivos, de documentos oficiales entre el año 79 y el 2000».

«Entrevistamos gente que participó, que estuvo en el sistema de residencias de protección entre el 79 y el 2000. Alrededor de 35 personas. Y con eso construimos un conjunto de productos de investigación. Y nosotros hicimos los paper, pero además hicimos dos cosas».

«Una es un podcast, que se llama Hogares Adentro, donde hay una lectura dramatizada de las entrevistas, de los fragmentos de entrevistas y el análisis que se hizo en la investigación. Y un último resultado o producto es un diálogo y un espacio de creación, que es esta obra de teatro que se llama ‟Nunca jamás”», expresa Patricia Castillo.

¿Cuáles son las voces que te sonaron a ti? ¿Los textos que se repetían? ¿Las ideas que estaban ahí dando vuelta, que te llamaron la atención, que eran distintas, que rompieron tus paradigmas?

«O sea, tus propios prejuicios también. Claro, porque uno, ¿para qué va a hacer una investigación sobre el ex-sename si ya sabe lo que va a decir el periodista sobre el ex-sename? Cuando nosotros iniciamos esta investigación, la prensa había cubierto de forma bastante profunda los distintos abusos y negligencias del espacio institucional».

«Había denuncias, había un conjunto de cosas que efectivamente no era necesario volver a someter a las personas a entrevistas para lo que ya sabemos.», responde la entrevistada. 

¿Cómo esta gente no se volvió loca?

«Fundamentalmente, para oponer con los resultados de mi investigación, para poder entregar otras narrativas, también. La prensa cubrió esto con un tinte bien sensacionalista en un punto y eso alojó o tiñó la experiencia de mucha gente que vivió en esos espacios y donde además esos espacios fueron el único espacio en el que quizás pudieran haber ido en contextos de mucha pobreza». 

Según la investigación que ustedes hicieron, los 35 que tienen, ¿eran espacios donde eran vulnerados?

«En algunos casos, sí. ¿En la mayoría de ellos? Sí, yo creo que en la mayoría de ellos vivieron experiencias de vulneración y también vivieron experiencias de resistencia a esas vulneraciones, que es lo que nosotros queríamos revelar. O sea, las vulneraciones nosotros ya las conocemos».

Lo que quiero entender es, ¿Cómo no se vuelven locos? 

«No se vuelven locos porque tienen varias cosas que los ayudan a no volverse locos. Uno es que es una relación a los pares. Los pares, los amigos, la amistad y la hermandad también. No se vuelven locos porque a veces encuentran dentro de los mismos espacios de residencia adultos que protegen y que cuidan. Hay adultos amorosos. Son más los casos de adultos que prestaron palabra, cobijo, ayuda, que los que efectivamente cometieron actos de vulneración o de crueldad. Son muchísimos más los que cuidan. El trabajo de aquel que cuida entre el 80 y el 2000, y hasta el presente en un espacio de institucionalización, son espacios muy mal pagados también».

«Una de las cosas que nosotros más cuidamos en el diálogo y en la conversación que tuvimos con Sebastián y con Mario cuando empezamos a hacer este proyecto es que nosotros no queríamos que la obra se transformara en un nuevo espacio de vulneración. Es decir, revictimizar a quienes son parte de la gente que participó en el estudio y, por lo tanto, la obra es una obra muy cuidadosa. Dentro de eso, el papel de Norton es fundamental, porque Norton logra crear un mundo mágico en términos de su propuesta escénica, que en realidad es arte por sí mismo».

Sobre la obra, la psicóloga Patricia Castillo expresa que:

«No quiero hacer spoiler, pero la obra transita entre un mundo interno muy lleno de figuras, que son figuras persecutorias al final del protagonista. El protagonista es una persona que podría ser cualquiera, podría ser cualquier dueño de colegio, podría ser cualquiera que admite un espacio que está neoliberalizado y que vive del subsidio. Que tiene muy buenas intenciones de cuidar niños, y de hacerlo de la manera que sabe que es mejor. Y durante ese proceso, vive un momento de una interpelación judicial muy fuerte y necesita ir a un psicólogo que lo ayude.  Pero al meterse en el mundo interno, y en ese espacio en el que dialoga con Peter Pan». 

«Peter Pan entra en todo estos elementos mágicos, para hablar de cosas que son muy importantes para la investigación, por ejemplo, ¿qué se necesita para poder crecer?, ¿qué es el abandono? Los niños perdidos de nunca jamás son niños que no pueden crecer, pero además, son niños que, según la descripción que aparece en la obra de teatro, son niños que se cayeron de sus cochecitos y que a los 7 días nadie reclamó. En el fondo está la idea del abandono y está la idea de los niños que no pueden crecer. Se crece bajo la mirada de alguien que te ama y eso es parte de lo que es crítico en los espacios de ciencia».

¿Qué pasa con los que dieron los testimonios y que fueron revelados? ¿Qué les pasó? 

«Fue increíble, primero en el estreno nos pasó algo muy poco usual en el teatro, que es que en el fondo la gente se levantó a hablar, dieron discursos»

«En el estreno, Matías Orellana, que es uno de los dirigentes de una organización que son egresados de Sename, que se llama Fundación Ecam. Ellos plantean la idea de separar el servicio mejor niñez y sacarlo del sistema de justicia al régimen de protección. Es una idea de egresados de Sename y, sin embargo, nunca se les reconoce esa autoría. Lo que ocurrió en el estreno es que, en el fondo, ellos agradecieron, pero sobre todo, se tomaron la palabra».

«Hay un par de gente que participó en el estudio y que ha ido más de dos veces a ver la obra con distinta gente, han re-invitado gente. Por lo menos para mí como investigadora, la obra cumple todo el objetivo», concluye la psicóloga Patricia Castillo en Palabras Sacan Palabras.

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