Hablamos en Palabra Que Es Noticia con José Manuel Moller, fundador de la empresa Algramo, quien obtuvo el importante premio Campeones de la Tierra 2023 entregado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
¿Y cuál es la implicancia más allá de la distinción que te hacen a ti y a la empresa de Algramo?
«Si, lo primero es que debo reconocer que me vi de sorpresa y bien emocionado, porque este premio, como lo explicaba en la introducción, viene a reconocer un poco la visión y la trayectoria. Es un poco distinto a lo que normalmente se celebra la startup, que no se estamos en la carrera. En este caso, un reconocimiento por atraversar, probar cosas por primera vez. Creo que también es valioso porque no es solamente llegar al final o ser exitoso, sino que el camino es el caso aquí que se premia. Entonces mucho orgullo personal también por el equipo Algramo y creo que también es un aporte para el país estar en eso, en esos espacios».
Explícanos qué es lo que es Algramo y también hablemos un poco de esta ruta que tuviste, porque eso es lo interesante de Algramo.
«Algramo es una empresa que tiene como objetivo cambiar los hábitos de los consumidores antes de que sea tarde, en términos de la crisis ambiental. Y para eso hemos probado y tenemos distintos modelos de reutilización de envases. Eso es como lo principal de Algramo, hacer lo posible para que la gente reutilice sus envases y no necesite comprar otro desechable. Trabajamos hoy día con 5000 almacenes de barrio, con un sistema retornable como el de la bebida. Tenemos pilotos también en supermercados con Líder, donde tenemos dispensadores de productos de hogar junto a Unilever también. Y este año partimos un modelo nuevo de vestibles, de bebidas para que la gente pueda comprar y recargar su vaso en vez de comprar una lata y una botella plástica. Eso es como primero para responder un poco que lo que es Algramo y que lo que es».
José Manuel Moller conversa con Palabra Que Es Noticia
«Y en términos de recorrido hemos probado de todo en realidad, porque en este espacio no es una industria que ya esté madura, por decirlo de alguna manera, donde le podemos copiar a alguien o hay muchos competidores haciendo lo mismo, sino que efectivamente estamos y hemos intentado muchas veces por primera vez muchos esfuerzos y desarrollos tecnológicos. Partimos en los almacenes de barrio, en Santiago, en Chile, entramos en los supermercados como contaba. También hemos tenido y hemos explorado pilotos en Indonesia, por ejemplo, con cereales, con café, con detergente. Probamos en Estados Unidos, en Nueva York y en San Francisco, también con otros dispensadores. Y actualmente también operamos en Londres, donde yo estoy basado hace dos años y medio, un poco más, donde aquí trabajamos con una cadena de supermercados que se llama Lidl, una cadena de supermercado alemana. Estamos trabajando con ellos en Reino Unido y esperamos partir en Holanda pronto».
«Pero también hemos probado un montón de cosas que funcionaron un tiempo, otras no. Por ejemplo, mucha gente se acuerda que durante la pandemia, tuvimos un sistema de despacho de misiles en unos carritos eléctricos, como los tuk tuk.Funcionó perfecto durante la pandemia, mientras estaba la persona en sus casas. Pero cuando ya volvimos a la vida normal, obviamente eso quedó un poco fuera de lugar. Entonces yo creo y volviendo un poco al premio, esto tiene que ver con un reconocimiento, atreverse a probar cosas por primera vez. Es súper degastante, es súper lento, pero creo que es súper necesario porque hoy día las soluciones que necesitamos para fregar la crisis no existen. O sea, necesitamos que más gente se atreva a probar cosas nuevas».
¿Cómo sientes tú que avanzado esto en Chile particularmente?
«Yo creo que se ha avanzado. Yo creo que cada vez y particularmente en Chile me llama positivamente la atención y cada vez más emprendedoras y emprendedores que se involucran en temas ambientales cuando piensan en su startup. Lo que no quita que hay que ser también práctico y honesto en el sentido de que hoy día hay muchas pruebas, hay muchos pilotos y hay mucho marketing, muchas veces en torno a soluciones ambientales, pero no hay ninguna que todavía escale con fuerza. Y yo creo que uno de los factores que influye es que nos falta una regulación. Hoy día empuje y obligues a la empresa a tomar este tipo de medidas. Esto no va a ocurrir solamente por buena voluntad de las empresas. Y por mucho esfuerzo que haga lo emprendedor y emprendedora, esto tiene que tener una regulación de la mano. Entonces hoy día, de hecho, yo estoy en parte dedicando gran parte de mi tiempo a trabajar en temas regulatorios y a colaborar para ver cómo podemos tener por ley una exigencia de que las empresas empiezan a forzar y empujar este tipo de soluciones que busquen reutilizar envases más que reciclar».
O sea, al final tiene que ser una cuestión de política pública, dices tú.
«O sea, yo creo que hay tres capas. Uno, yo creo que tiene que haber al menos una política pública que delimite y regule esta área. Segundo, tienen que haber empresas que incorporen esto dentro de su estrategia. Y tercero, tiene que haber consumidores también que se asumen a cambiar sus hábitos. Esto es un cambio ecosistémico. O sea, yo todavía me hago la pregunta hasta cuándo vamos a seguir usando envases que no sirven después, que solamente tienen un uso. Hasta cuándo el packaging, o sea, es decir, la cantidad de envoltorios que tiene cada cosa, por ejemplo. Por eso, hasta cuando las empresas no se hacen cargo de todo lo que contaminan es muy impresionante que todavía en esta crisis ambiental, que es algo que sí se podría hacer, como que da lo mismo. O sea, no entiendo qué es lo que pasa hasta como que en qué minuto podemos como mover el tablero».
¿Cuál crees tú que es el problema?
«Yo creo que el problema no está en las declaraciones ni las buenas intenciones. Yo creo que una vez cuando alguien hace el doble clic y entra en estas corporaciones para la gente que está un poco como la capa media, esto no es tema. No está dentro de sus bonos, ni de sus capellín, ni nadie lo mide. Entonces queda mucho de la boca para afuera como buenas intenciones, pero no queda reflejado dentro de la operación de la empresa. Para que eso pase, esto tiene que ser lamentablemente obligatorio. Yo siento como que ya llevamos harto año probando, entre comillas, por las buenas, como confiando en la buena intención y en las promesas de que en 2025 se van a cumplir ciertas metas. Por ejemplo, hace tres o cuatro días, Unilever a nivel mundial reconoció que no va a llegar a las metas que había prometido en 2025 y las cambió por unas menos ambiciosas. O sea, como que ya se está acabando esta época de creerle un poco a la buena voluntad. Yo creo a las grandes corporaciones y vivían y damos soluciones más concretas. Y eso es la única forma de hacer que ocurra. Yo creo que tiene que ver con la política pública, con la regulación. Mientras eso no ocurra, yo creo que vamos a seguir decepcionados de campañas».
Conoces una medida que te parezca interesante, obligatoria y que tú dices que hace un cambio
«O sea, hay una que de hecho ya fue aprobada en Chile y que Chile ha sido bien pionero en eso, que es la ley de plástico de un solo uso, si hay que regula estos cubiertos plásticos, el vasito, cuando hay que comprar una caleta, no se metan un producto con un pote desechable. Todo eso ya está regulado y en ese sentido, por ejemplo, en la región de Latinoamérica, si eres bien pionero en ser el primero en implementar este tipo de leyes. Eso es una que ya está ocurriendo. La segunda que yo creo que es muy potente, que está en discusión, es a nivel mundial. Ya en la Naciones Unidas se está discutiendo una regulación de los plásticos que va a ser vinculante, es decir, va a ser obligatoria para todos los países partícipes de las Naciones Unidas. Y lo que busca es regular cómo nos vamos a relacionar en el plástico de aquí a los próximos 100 años, donde obliga a tener ciertas tasas de reciclaje, donde obliga a tener cierta tasa de material reciclado y donde yo particularmente estoy empezando a empujar para que obliga a tener tasa de reutilización».
Finalmente, José Manuel Moller señaló en entrevista con La Radio del Rock: «Y esto yo creo que puede cambiar la agenda completamente, porque deja de ser algo voluntario y pasa a ser algo obligatorio y a nivel mundial. O sea, ya ni siquiera es como país a país, sino que hay una coordinación global. Es una tarea como titánica, porque aquí aparecen obviamente lo visto de países más petroleros, hay intereses creados, etc. Pero yo me di cuenta y parte de lo que hablamos la otra vez con el equipo Algramo, que Algramo es genial, tiene una parte increíble. Estamos en Chile, queremos entrar a México, etc. Pero el mundo necesita 10 mil Algramo. Hoy es un poco la magnitud del problema. Entonces para que hayan 10 mil, esto no va a pasar de nuevo con buena voluntad de startups que ocurren en distintos lados, sino que se tienen que crear las condiciones para que esto sea por ley. Entonces particularmente yo me estoy empezando a abocar ahora a ese tipo de discusiones y a compartir la experiencia, decir qué cosas han funcionado o que no. Desde lo que pasó con Algramo, qué tipo de regulaciones pueden ayudar. Porque es verdad lo que estamos hablando antes de decir ya llevamos 8 años con buenas campañas de marketing, de lanzar productos y pilotos. Pero hoy día no se ve una gran diferencia y tenemos que probar cosas distintas».