El libro “Tierra de campeones”, del periodista y escritor Diego Zúñiga, está ambientado en el Iquique de los años 70, aborda la historia de un chico que tiene la capacidad de aguantar la respiración bajo el agua y que logra competir en el mundial de caza submarina en 1971. Para el autor, el norte del que tuvo que irse a los 13 años ha cambiado mucho y diferencia el Iquique de la obra, el de los años 90 y el de ahora, con otras problemáticas y otra geografía.
En Palabras Sacan Palabras conversamos con Diego Zúñiga de su tercera novela, “Tierra de Campeones”, que habla sobre un hombre que practica el deporte de caza submarina.
¿De qué trata este libro y por qué el mito de 1971?
«Es de las primeras veces que un chileno sale campeón de algo, en un deporte como el cazasubmarino. Cuentan que el campeón mundial de la categoría, Raúl Choque, que aparece en la portada de todos los diarios, lo recibe el presidente Allende. Pero la leyenda cuenta que después del golpe de estado su vida se enrarece y él es uno de los primeros, según el mito, que vio cuerpos de detenidos desaparecidos, en el mar cerca de Pisagua. Este personaje hoy trabaja en una caleta en Cavancha y periodistas le han ido a preguntar, pero él no habla.
«Me demoré mucho tiempo en pensar la historia, la pensé desde el lugar del periodismo, pero entendí que desentrañar una verdad no era mi tema. En la caleta en Loa se me aparece el personaje, y esto es como una novela, porque creo mucho en la ficción donde se puede pensar la realidad desde disciplinas que no lo permiten. Ese es un hecho absolutamente de ficción», expresa Diego Zuñiga.
¿Qué te pasó con la experiencia y con el Iquique que te encontraste?
«Tuve que revisar al Iquique que no habité y que no viví, de los años 60 y 70, y hay lugares que están detenidos, uno recurre a sus experiencias de infancia y la de los amigos. Eso le da vida al personaje ficticio».
¿Te llama el norte para escribir?
«No me puedo ir, yo me fui de Iquique de un día para otro, fue un cambio de ciudad por problemas económicos a los 12 años. Estaba visitando a un tío y con mi madre nos tuvimos que quedarnos en Santiago y no volver a Iquique. Para mí esto es como un escenario de ficción y sé que hay muchas cosas que hoy han cambiado, en Iquique mucho ha cambiado y las provincias chilenas tienen historias que son interesantes de contar».
¿Todavía tiene algo de ese Iquique de antaño?
«Amaría mucho volver a vivir en una ciudad con mar, la playa lo era todo. Yo viví cosas hermosas y tristes, pero es algo lindo»
«Con «Racimo» entré en la historia del psicópata de Alto Hospicio, es el tipo de historias de las que tú no te puedes olvidar. Así que cuando me puse a escribir el caso, toda venía de esa experiencia de fragilidad y miedo colectivo de pos dictadura, donde parecía que estaba todo bien, pero ese caso fue la explosión de eso».
¿Qué viene ahora?
«El libro lo presentaré en España, así que me queda un ratito para escribir acá, pero estoy yendo y viniendo a Madrid. Lo paso increíble haciendo talleres. Me quedé en el formato online porque funciona, se genera la intimidad de compartir textos».
¿La gente que llega quiere escribir?
«Llega de todo, en verdad, la gente que llega al taller, la idea es que esté trabajando el proyecto. He tenido la suerte de tener alumnos muy buenos. Algunos quieren enfocarse en escribir libros».
¿Cómo ha sido el paso a la adultez?
«Siento que esta novela me pilla un poco más grande y me siento raro cuando me dicen que soy un escritor joven. Ahora pienso que puedo hacer lo que quiero. Se me pasó la presión del escritor joven, hay veinteañeros que ya escriben».
¿Lo audiovisual lo has explorado?
«Me interesaría, yo no lo he explorado. Lo disfruto desde el lugar de la persona que ve cosas, pero por ahora no me siento preparado para eso», concluye el periodista y escritor Diego Zúñiga, en Palabras Sacan Palabras.