La ministra del Interior, Carolina Tohá, anunció esta mañana el plan del Gobierno del Presidente Gabriel Boric para llevar a cabo los vuelos de expulsión de personas extranjeras en situación irregular hacia Venezuela, Colombia y la República Dominicana. En el marco del presupuesto 2024, hay una polémica tras la indicación de Renovación Nacional que ratificó el Senado, pero que fue negada por el Ejecutivo y consisten impedir que el Servicio Nacional de Migraciones regularice extranjeros que ingresaron por pasos clandestinos.
En Palabras Sacan Palabras conversamos con el ex jefe del departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, sobre el plan de gobierno para la expulsión de migrantes y el presupuesto 2024.
¿Sobre lo último que pasó en el tema del vuelo a Venezuela?
«Nunca se está preparado para estas situaciones en general. Acá nos encontramos con un vuelo pactado y que a última hora se retrasa un documento que rara vez se retrasa. Hubo hace un tiempo un problema con la aerolínea venezolana e Irán. Aquí hay una intención de que esta aerolínea pueda tener más margen de maniobra», responde Rodrigo Sandoval.
¿Cuán rápido pueden ser las expulsiones, es verdad que se han estancado a raíz de la legislación del gobierno?
«Hay que entenderlo como el final del modelo voluntarista de la crisis migratoria. En Chile, en los últimos años, 180 mil personas han ingresado de forma clandestina. Y si tuviéramos la capacidad de expulsar a 12 mil al año, eso nos tomaría 15 años, para expulsarlas a todas. Cuando llegamos a la conclusión de que es imposible expulsarlos a todos, hay que ser claros con la ciudadanía y entender que la respuesta para la gente que no está en perfiles de riesgo debe ser otra. Lo que yo creo que hay que hacer es separar la paja y el trigo y concentrar todo en aquellos perfiles de riesgo y generar formatos de regularización por arraigo, que a pesar de no tener sus papeles al día los puedan ir regulando».
«Tenemos que entender que no podemos dejar que la política sola resuelva las cosas. Es bastante obvio que 180 mil personas no se van a expulsar en un plazo razonable. No hay que pensar en expulsar, sino en cómo trabajar con la gente que no tiene todos sus papeles al día. En materia de gestión migratoria hay poco estudio y se ha dado una mirada ideológica a algo que es de regulación».
«La gestión migratoria es una forma de ponderar intereses convergentes entre un estado que regula lo que entra y un privado que quiere ingresar porque quiere un mejor futuro para su familia. Nosotros tenemos un país donde no hay la suficiente gente para mantener la calidad de trabajo y la calidad económica. Seguimos discutiendo cómo expulsar a migrantes, pero hay que hacerlo de forma madura. Lo único que puedo aportar son los hechos en materia migratoria, creo en las personas que son capaces de reflexionar sobre la necesidad de la migración», expresa Rodrigo Sandoval.
¿El vínculo de inmigración y delito?
«Cuando se veía venir flujos migratorios intensivos, había que generar canales de regularidad para que esas personas vengan. Lo único que iba a aumentar con las visas era el ingreso clandestino. Porque si esa organización te ingresa en el país no cuesta nada que entren con drogas o armas. Tarde o temprano pueden verse sometidas a participar de episodios delincuenciales».
«Lo que ha habido por parte del estado es un incentivo al ingreso clandestino. Es transferible que el ingreso clandestino configure delitos. Si identificamos eso y no nos hacemos cargo de por qué existe esa relación, es lo que necesitamos reflexionar. En Europa el mismo ejercicio se estudia para el sentido de pertenencia de organizaciones terroristas».
¿Cómo ves lo que sucede en el norte, con el ingreso clandestino y regularizar?
«Las personas ingresan de manera clandestina y no es por la política de fronteras abiertas, es que no son eficaces. Si tengo una capacidad limitada para regular a esos migrantes, entonces el control militar y policial debe mejorar en herramientas».
«Primero hay que ver el tema de las demoras en las visas. Las señales del estado es que generan incentivos perversos porque en requisitos de ingreso es estricta, pero a la hora de expulsión es garantista. Si hubiésemos tenido asesorías con expertos y no con políticos, se podría haber solucionado todo de mejor manera», concluye el ex jefe del departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, en Palabras Sacan Palabras.