La organización “3xi” y Criteria (Consultora de opinión) elaboraron en conjunto un sondeo de polarizaciones. Este tuvo el objetivo de descubrir cuáles son los temas unen y cuáles son los que más dividen a la sociedad chilena; y cuánta disposición al diálogo existe en un país donde al menos en el plano político no se logra llegar a grandes acuerdos. Una investigación que inició hace 8 meses, alcanzando a entrevistar a más de 3.000 personas a lo largo del país. Y que, entre sus primeras conclusiones, da cuenta de que dicha polarización no es solo en la discusión política, sino que es de carácter social. Sobre esto, hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Matías Chaparro, sociólogo y socio de Criteria.
¿Puede detallar las conclusiones de este sondeo de polarización?
“La idea fue medir la distancia que existe entre las opiniones de las personas. Con el foco en la dimensión política, pero también en otras dimensiones sociales. Aunque en específico al tema político, la idea era ver la distancia real que hay entre las opiniones de las personas que se declaran de izquierda y las de aquellas que se declaran de derecha. Nosotros llamamos polarización a esa distancia”, señala Matías Chaparro.
“Y esto, es más que una foto, es como una película, en el sentido de que la polarización es un fenómeno que ocurre en el tiempo. Las sociedades se polarizan a medida que las distancias entre las opiniones de un lado y del otro se van distanciando, se van acrecentando. Y por el contrario, estas se reducen a medida en que las posiciones se van acercando”, indica el sociólogo y socio de Criteria.
“Uno siempre habla de polarización como un proceso. Entonces, lo que nosotros quisimos hacer fue una especie de estudio de línea base para ver en qué distancia están hoy día esas opiniones. Para ir trackeando o monitoreandolas en el futuro y ver si finalmente la distancia va acercándose o se va reduciendo”, afirma Matías Chaparro.
¿Pero en general la gente que se define de derecha o izquierda es muy poca?
“Es la mitad de la población. Siempre hay discusión respecto a si la polarización en lo que respecta a la política, es un problema de la elite política o es un problema de la ciudadanía. Y lo que nosotros quisimos hacer fue justamente ir a medir lo segundo. Y para nuestra sorpresa, vimos que las opiniones de las personas que se clasifican como izquierda y derecha, que son la mitad de la población. Efectivamente, hay otra mitad de la población que no se clasifica políticamente, o que se clasifica decente”, asegura el sociólogo y socio de Criteria
Ya, entonces, 25%, o sea, ustedes, ya, del Puerto de la Torta, tú me estabas diciendo que 25% se dice que es de derecha y 25% de izquierda. ¿Eso?
“No, así no es la proporciones. El porcentaje de personas derechas es más grande que el porcentaje de personas que se declara de izquierdas. Pero entre los dos suman el 50% de la población. Nosotros sí tenemos, en el mundo de los ciudadanos de a pie un porcentaje importante de personas que habitan el mundo desde una identidad política de izquierda o derecha, pero que no son parte de la elite política”, sostiene Matías Chaparro.
“Eso es lo que medimos en relación a la dimensión de la polarización política. Pero nosotros también fuimos a medir estas polarizaciones en otros ámbitos de la sociedad, que no tienen que ver necesariamente con lo político. Entre hombres y mujeres, entre personas de Santiago y personas de regiones, entre personas jóvenes y personas mayores, entre inmigrantes y no inmigrantes, entre población indígena y población no indígena. En fin, varios otros pares en los que nosotros también intentamos medir cuáles son las distancias que hay entre las opiniones de unos y de otros”, comenta el sociólogo y socio de Criteria.
¿Qué genera esa distancia?
“En el mundo de la política, en general hay cosas que nos acercan y cosas que nos distancian. Es interesante eso, no todo nos distancia. La separación entre la opinión de las personas de izquierda y de derecha en todo lo que tiene que ver con la dictadura son muy fuertes. Es decir, tanto las opiniones positivas de la dictadura en materia de economía, o como las opiniones negativas de la dictadura en materia de derecho humano tienden a separar con mucha fuerza a las personas de izquierda y de derecha”, asevera Matías Chaparro.
“Pero hay otros temas en los que no nos separamos tanto. Por ejemplo, existe cierto consenso nacional respecto de la preferencia por una provisión estatal, no exclusiva pero prioritaria, del servicio público en educación y salud por parte del Estado. Ese un consenso que existe en casi todas partes. También hay un rechazo bastante alto a la idea de uso libre de armas tanto por parte izquierda como por parte derecha. Entonces, hay temas donde hay muchas separaciones y hay otros temas donde hay coincidencias”, plantea el sociólogo y socio de Criteria.
“Un tema donde hay coincidencia, y que en sí mismo no es necesariamente una buena noticia, tiene que ver con el tema de inmigración. En general, tanto las personas que se declaran de izquierda, como las personas que se declaran de derecha, tienden a tener opiniones más bien contrarias a la inmigración”, puntualiza Matías Chaparro.
¿Qué cosas nos unen ?
“Nos une la idea de un Estado presente, que no sea exclusivo. Es decir, como la idea que se reflejaba en la propuesta constitucional de un Estado social de derecho. Ese concepto estaba presente, digamos, tanto en la izquierda como en la derecha. También nos une esta idea que te decía yo recién respecto a lo inmigrante, que no necesariamente es una buena noticia, pero sí hay consenso en la posición más bien contraria a lo inmigrante. Y otra cosa que también nos une, y que es bien curioso porque sorprende respecto a las posiciones de derecha, es que nos une, por ejemplo, una disposición positiva hacia una mayor participación de los sindicatos en las decisiones de las empresas”, explica el sociólogo y socio de Criteria.
“Eso me parece como una idea que obviamente es mucho más apoyada por la izquierda que por la derecha, pero también hay un porcentaje importante de personas de derecha que la apoyan. Si uno escarba encuentra muchas cosas donde hay coincidencia, pero esa es la mayor conclusión del estudio: no hay conciencia de esas coincidencias. Hay espacios de consenso ocultos debajo de una percepción de disenso, esto a raíz de atribuirle posiciones más extremas al otro”, apunta Matías Chaparro.
¿Tenemos muchos prejuicios?
“Sí, y no solamente en el ámbito político, en el ámbito social también. Por ejemplo, hay una brecha subjetiva muy fuerte entre hombres y mujeres. Cuando yo coloco la frase: que la crianza de los hijos y el cuidado de los niños debe ser responsabilidad principalmente de la madre. Solamente el 18% de las mujeres está a favor de esa frase. Y solo un 26% de los hombres están a favor de la misma frase. Es decir, en general es una frase que tiende a despertar poco acuerdo. Hay un consenso bastante alto a nivel declarativo entre hombres y mujeres en no estar de acuerdo con esa frase. Pero cuando yo le pregunto a las mujeres, ¿qué porcentaje de los hombres creen ellas que están de acuerdo con esa frase? Las mujeres me dicen que el 65% está de acuerdo con esa frase. Es decir, hay una distancia enorme entre lo que los hombres declaran y lo que las mujeres observan en el comportamiento de los hombres”, plantea el sociólogo y socio de Criteria.
“La práctica cotidiana de las mujeres las invita a pensar de que el porcentaje de hombres que están de acuerdo con esta idea de que la responsabilidad de cuidar a los niños debe estar principalmente de la madre es mucho más alto que realmente es el tema del declarativo. Ahí hay otra distancia subjetiva, una distancia que está dada por lo discursivo, lo declarativo y las prácticas, donde se nota, digamos, esa distancia. Y ese patrón que se da entre hombres y mujeres se da en muchas otras situaciones sociales en donde hay diferencias de poder. Es decir, donde la mayoría de las personas que han estado menos, que han tenido menos históricamente acceso al poder, piensan respecto a las que sí tienen acceso al poder. Esto no es solamente político”, concluye en Palabra Que Es Noticia Matías Chaparro.