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Por Equipo Futuro.cl
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Conversamos en Palabras Sacan Palabras junto al escritor y periodista, Pedro Cayuqueo, quien nos presentará su nuevo libro “Arauco tiene una pena”.
¿No te gusta Santiago?
«Y la verdad es que no me gusta para nada. Yo diría cierto ritmo de ciudad loca que tiene y Viña no deja de ser una ciudad de provincia todavía, un pueblito chico en invierno muy apacible, que se transforma en verano precisamente porque llegan de Santiago la gente».
Y ahí ya los odias.
«No, pero me arranco al sur. Lo que pasa es que los mapuches tenemos mala experiencia con la llegada de los santiaguinos».
Encuentras horrible a Santiago.
«No, tiene sus lugares encantadores también. Me gustan los los barrios como patrimoniales que tiene Santiago, Yungay, el barrio Italia. Hoy día estuve, por ejemplo en la mañana recorriendo un poco el sector de Bellavista, ya dicen que se ha vuelto un poco inseguro, pero hace mucho tiempo no iba y aproveché de pasar por ahí y la verdad que está bien bonito. Me gusta como el Santiago antiguo. Me gusta esa ciudad quizás, que rememora una época distinta al Chile de hoy».
Y esos edificios enorme de Estación Central, todas esas cosas. ¿Qué te parecen esas construcciones? ¿Las entiendes? ¿Qué te pasa con eso?
«Yo lamentablemente tengo un vicio, el vicio de la historia. De hecho este año he estado queriendo mucha historia y no dejo de pensar en esas escenas del siglo 19, cuando venían las delegaciones mapuche a Santiago invitadas por el Presidente de la República, en los tiempos en que la República nos respetaba y nos trataba como iguales a ellos y llegaban los lonco en sus grandes delegaciones a recorrer Santiago. En una ocasión incluso los tuvo que recibir el parlamentario llamado Benjamín Vicuña Mackenna, quien se hizo cargo de la delegación de Lonco y estos lonco eran agasajados con distintas actividades en Santiago, lo llevaban al Club Hípico, lo llevaban al Teatro Municipal, eran delegaciones diplomáticas mapuches que llegaban a la capital y Vicuña Mackenna sacó a pasear a varios lonkos de la ciudad. En un texto posterior que escribe habla pestes de los lonkos porque dice ninguna de las cosas que les mostramos les causaron sorpresa, nada. Y cuando los fuimos a dejar a Valparaíso, al barco que los llevaba de vuelta a Talcahuano. El comentario que hicieron respecto de los túneles magníficos que les mostré que estaban recién construidos, fue que los huincas solo tenían una gracia que era horadar la tierra como los ratones. Bueno, a veces cuando paseo por Santiago no dejo de pensar en aquellos lonkos antiguos que venían a la capital, a parlamentar con los gobiernos, a dar cuenta de algunos quizás atropellos, injusticia y su impresión de la gran ciudad que les parecía. Yo no me dejo de sentir extranjero en esta ciudad también o al norte del Bío Bío, que es como mi país digamos geográficamente hablando. Entonces ahora que estoy en Viña, muchos amigos bromean que estoy como O’Higgins en Perú, estoy como exiliado de mi tierra natal».
Ahora hablemos de esas delegaciones. Tú hablas cuando nos respetaban. Efectivamente, existía una relación de dos estados. Entonces esa relación de dos estados hasta cuando fue, cómo se manifestaba y cuando fue el corte de esa relación de dos estados o esta cosa de esto hace 500 años. Todas estas cosas, que se dicen y tú lo dices varias veces en los libros.
«Hay una continuidad en lo que fue el trato de los españoles con los mapuches, después con la República. Se olvida fácilmente a veces que nosotros derrotamos a España y España firmó tratados con nosotros que duraron más de dos siglos. Esos tratados fueron después ratificados por la República. El Tratado de Tapihue, muy emblemático 1825 Gobierno de Ramón Freire, donde la República de Chile reconoce el territorio mapuche. Su independencia reconoce la frontera deBiobío. Se establecen acuerdos comerciales, de extradición de misioneros. Y ese tratado de Tapihue, se cumplen 200 años en 2025 el bicentenario de Tapihue. Y cuando a mí me preguntan, a veces, muy resumidamente, cuando partió este problema. Pero cuando llegó la tendalada con los mapuches en el sur. Yo siempre cito a Tapihue porque en el incumplimiento de ese tratado está el origen del conflicto actual y eso data de la segunda mitad del siglo 19. O sea, mucha gente desconoce que la incorporación del territorio mapuche a la República fue posterior a la Guerra del Pacífico» señaló Pedro Cayuqueo.
«Entonces de ahí viene un conflicto que no se ha resuelto en Chile, que se ha pateado hacia adelante, se ha escondido bajo la alfombra, se lo ha tratado de travestir a veces, de que este es un conflicto artificial, de que es un conflicto incorporado desde afuera, desde ideologías foráneas. No se toma en cuenta de que aquí hay un territorio que fue ocupado militarmente por un Estado y que los descendientes de ese pueblo ocupado están reclamando sus derechos. Y eso ha sucedido así en la historia de la humanidad. Buscarle una solución implica reconocer lo que se hizo mal. En ese reconocimiento lo que se hizo mal yo creo que estamos en deuda. La sociedad chilena le cuesta mirar para atrás y decir pucha, la embarramos y ahí tenemos un embrollo que hay que resolver ahora».
¿En ese embrollo, cuál es el rol que tiene la CAM? Porque justamente la presidenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que hay que incluir a la CAM en algún tipo de de conversación. ¿Cuál es el rol que tiene para ti la CAM? En el entendido que uno habla ahí de los violentos en las soluciones de conflicto.
«Cualquier solución al tema mapuche y a la violencia que hay en la zona sur es una violencia que existe, que es real y no vamos a disfrazarla de nada. Es violencia lo que existe pasa porque en una mesa se sienten a conversar y en cierto caso, a negociar el Estado con los sectores mapuches más radicales, los que mantienen el conflicto vigente cotidianamente y no solamente la CAM. Hoy día hay cerca de cinco o seis grupos radicales mapuche. La CAM es uno de ellos solamente, quizás el más antiguo, quizás más legitimado por su propia historia. Ellos tienen un liderazgo bastante visible en Héctor Llaitul tienen también su propia visión sobre el tema, su su planteamiento. Son muy claros también respecto de lo que ellos quieren el tema territorial, el tema de las tierras forestales. El Estado en una salida política a este tema debiera sí o sí sentarse con ellos a conversar eChile fue garante y es garante ante el proceso de paz en Colombia, donde se sentó el gobierno de la centroderecha colombiana con las Farc, con el ELN, con los paramilitares».
«Porque los conflictos políticos se resuelven con medidas políticas, no se resuelven ni con medidas judiciales ni persecución penal. Eso lo han dicho hasta los jueces en el sur. Los jueces en el sur han dicho no nos tiren el problema a nosotros, nosotros no lo vamos a resolver. Esto se va a resolver cuando se tomen medidas políticas al respecto. Yo he planteado en el libro que estamos presentando, lo digo en varias columnas, que se debiera iniciar un proceso de paz en el sur y el proceso de paz que implica acercamientos, sean públicos o privados del gobierno de turno, con los grupos radicales mapuches, que muchos de ellos están lejos de la caricatura del terrorista, digamos extremista, nihilista, anarquista por así decirlo, que solamente quiere el caos. No, son organizaciones radicales mapuche que tienen planteamientos, que tienen petitorios, que tienen demandas y que están dispuestos incluso a sentarse con el Estado paraconversarlas. El punto está en que no existió hasta la fecha ningún interlocutor, desde el gobierno disponible para ello y el gran. La gran decepción, en personal en particular y de mucha gente respecto del gobierno de Boric, es que pensando que podía ser Boric, quizás este gobierno la administración adecuada para iniciar un proceso de paz en el Wallmapu. Han hecho todo lo contrario y ha sido peor incluso que Piñera».
Peor que Piñera ¿Por que peor que Piñera?
«Llevamos casi más de un año con el Estado, excepción militar en la Araucanía y Bío Bío. Eso ni Piñera se atrevió a eso. En materia indígena, cuáles son las medidas en materia indígena que en las cuales se ha avanzado, por ejemplo, a nivel legislativo cero. Cero Ley en materia indígena en este gobierno».
¿No habido nada? Hay un proceso que se llama el sistema de buen vivir
«El Plan Buen Vivir es una copia del Plan Araucanía de Piñera y el Plan Araucanía de Piñera era una copia del Plan Indígena de Bachelet. Son planes de Desarrollo Social que apuntan al escenario de la pobreza indígena. Eso es lo que cualquier gobierno hace y debiera hacer. Pero no es la arista del conflicto».
¿Cuál es la arista del conflicto?.
«Son los derechos políticos y territoriales que se demandan desde el movimiento mapuche de los años 50 en adelante».
Izkia Siches ayudó o esa visita fue un desastre total.
«Lo de Izkia yo creo que fue una alerta de lo mal que lo iba a hacer este gobierno, porque fue no solamente una torpeza política, sino que fue también incluso hasta una falta de respeto, la forma en que ella apareció en el sur buscando la foto del mercurio del lunes siguiente. Eso no se hace con los mapuches, ya con ningún mapuche, digamos no solamente los grupos radicales, sino que con cualquier dirigencia».
Qué pasa con esta cosa que se ha ido validando en términos del discurso con cualquiera, incluso en el gobierno de Boric, también esta cosa de eh, el narcotráfico y el robo de madera.
«Claro que alimenta la la idea de que detrás del movimiento mapuche hay otros intereses. Ya eso, eso viene desde el siglo 19. En el siglo 19, Benjamín Vicuña Mackenna en el Congreso denunció que detrás de los mapuche que nos permitiera el avance del Estado hacia el sur, estaba por un aventurero francés que se proclamó Rey de la Araucanía. O sea, los mapuches no eran capaces de pensar por sí mismo. Entonces un francés vino a decirles que que armaran embrollo en el sur. Ahora, cuando no son los comunistas quienes están detrás, en cierto discurso está el narcotráfico o está el robo de madera, la mafia. Pero resulta que cuando tú hablas de narcotráfico en el sur y se sitúa a nivel de los carteles casi mexicanos o colombianos, eso es risible, porque ni siquiera las estadísticas de incautación de, por ejemplo de marihuana de la PDI se comparan en cantidad y en calidad con lo que sucede en Los Vilos, acá en la 4.ª Región o en La Ligua, en la 5.ª Región. Piensa tú, piensa tú en el allanamiento fallido que se hizo en Temucuicui el año pasado, donde se incautaron 1500 matas de marihuana. La mayoría en invernaderos familiares, o sea marihuana entremedio de las lechuga. Eso para niveles de narcotráfico es para risa. En La Ligua se decomisan 40.000 matas de marihuana en la precordillera y con guardias armados que las vigilan. Lo que hay en la Araucanía, hay comunidades donde hay probablemente microtráfico de marihuana o venta de marihuana al menudeo, pero de ahí a hablar de territorios controlados por los cárteles, eso es parte, digamos, de la fantasía que se que se pasa en el sur respecto de el discurso de la seguridad pública».
Pero madera, sí
«El robo de madera existió en la zona del Bío Bío, particularmente la costa de Arauco desde que se instaló la industria forestal en aquella zona en los 80. Y lo sorprendente es que muchas veces cuando caen detenidas empresas de fachada de venta de madera ilegal y uno empieza a escudriñar un poco en los nombres de los dueños. Los involucrados figuran muy pocos mapuches, figuran más bien huincas, que están involucrados en esa mafia. Quizás los mapuches son más bien proveedores de la materia prima a una escala muy rudimentaria, digamos de venta de madera robada. Pero tampoco es el el fondo del asunto».
Pero las armas están entrando más en Chile. Tú dices que, por ejemplo, aquellos cuatro o cinco grupos, no están mejor armados que antes. Me imagino que están mejor armados que antes. Ya no tienen unas cosas como armas con palito. ¿Me imagino que eso todo se ha ido como complejizando, no?
«No se ven muchas lanzas en la actualidad. Hay un salto en tecnología militar. De los caballos pasaron a las cuatro por cuatro».
Sí, porque la plata tiene que venir de alguna parte.
«Pero ahí hay un tema que es real,y es que en la zona sur lo que se vive es violencia política rural».
Pedro Cayuqueo: Tu llamas violencia política, ¿tu la encuentras legítima?
«No la encuentro legítima como camino político. No me parece que sea el camino a transitar».
Ni las quemas de las casas, ni los atentados a las personas
«En absoluto. Porque yo soy un mapuche bastante republicano, en un sentido de respeto a la institucionalidad. Tú dices que es un conflicto político que está instaurado, que estuvo sumergido, parece que unos años. ¿Qué pasó con Pinochet y los mapuches? Es curioso lo de Pinochet. Bueno, Pinochet, así como lo hizo con la sociedad chilena y la cantidad de de violaciones de derechos humanos en zona mapuche fue brutal, o sea, en proporción demográfica, étnica. Nosotros tenemos muchas más víctimas que los chilenos, detenidos desaparecidos, torturados, ejecutados, políticos. Hay una dirigencia que fue exterminada por la dictadura a nivel mapuche. Yo perdí a mi padre en dictadura, eso fue similar a lo que pasó en el resto del país».
¿Fue detenido, desaparecido tu padre?
«Mi padre, digamos, fue encontrado muerto después de varios días y ahí también un tema político detrás. Mi familia fue muy activa en aquel tiempo y también, yo soy de una zona de mapuches, dirigentes ya muchos de izquierda también en aquellos años. Pero para efectos de la relación del de los mapuches con Pinochet se dio una paradoja bien interesante. La paradoja fue que Pinochet entendió básicamente cuál era la estructura social mapuche. Esa estructura social se sustenta en clanes familiares y el lonko, las jefaturas locales y Pinochet, como buen militar, se relacionaba directamente con cada jefe. Y eso hacía, por ejemplo, de que con Pinochet hubiera una especie de remembranza de los parlamentos antiguos cuando las autoridades chilenas se reunían con los mapuches de igual a igual. Eso es curioso. Yo fui a entrevistar un lonco en Isla Huapi, un lonco bastante relevante de esa zona que estábamos conversando en su casa, a la orilla del lago Budi, y en momento me dice aquí aterrizó el helicóptero de Pinochet. Vino a mi casa. ¿Y cuando fue a su casa? Eran los años 80. Y él vino acá y estuvo conmigo, tomando mate toda la tarde. Pero usted no es de derecha. Él quiso venir a hablar conmigo para calmar a la gente del sector y yo era el jefe de acá. Yo le dije ya lo voy a recibir. También le pedí que soltaron alguna gente que estaba presa en Temuco y él aceptó. Y eso era un parlamento. Y eso es lo que Chile ha olvidado de nosotros».
Ahora parece que todos están contentos con la Constitución del 80, donde no hay ni una mención al pueblo originario. ¿Qué te pasa a ti con esto?
«El título del libro da cuenta de un estado de ánimo también el estado de ánimo es que han pasado 60 años de la canción de Violeta Parra y nadie le ha puesto remedio pudiéndolo remediar. Y eso es una vergüenza. Es una vergüenza como el Estado chileno y la sociedad chilena han tratado y maltratado al pueblo mapuche en los últimos, el último siglo y las posibilidades que hemos tenido, lamentablemente de cambiar eso también han fracasado. La Convención uno fracasó con la participación protagonista de los temas indígenas. Hay que hacer autocrítica también. Yo creo que nos pasamos varios pueblos ahí en instalar derechos indígenas hasta por si acaso. Y en una sociedad chilena no educada culturalmente. Eso asustó, generó miedo, generó también cierto resentimiento inverso hacia los indígenas que van a estar privilegiados».
«Los sectores conservadores fueron muy hábiles en tocar esa tecla, la tecla del nacionalismo que prende en Chile, pero como reguero de pólvora. Y esa tecla lamentablemente funcionó y uno escuchaba gente que a ratos me parecía muy cuerda decir barbaridades sobre el tema indígena. En el segundo Consejo Constitucional se instaló el tema indígena muy de forma marginal, estaba el reconocimiento constitucional, pero tampoco se avanzó y la verdad es que mejor que no se hubiera avanzado porque tampoco era como para destapar champaña. Ese reconocimiento llega 30 años tarde y a esta altura ya era ratificado tratados internacionales como el convenio 169, que ya no reconocen como pueblo y ya no reconocen los derechos colectivos. Entonces, yo creo que la tarea larga es seguir educando y que el cambio cultural se encargue a futuro de un nuevo Chile. No creo que haya atajos al respecto».
Pedro Cayuqueo: ¿Pero con qué? ¿Con qué nos vamos a quedar? ¿Con respecto a los pueblos originarios?
«»Sigue siendo la principal hoy día. Ley de la República en materia indígena el Convenio 169 de la OIT ratificado el 2009 por Michelle Bachelet. Eso es todo» dijo Pedro Cayuqueo.
La Constitución no tiene ninguna letra.
«Cero y la Ley Indígena del año 1993 es una ley indígena muy menor y de rango cultural. Que está bien que exista, pero que está muy lejos de los estándares internacionales de reconocimiento indígena. Pero hay que seguir batallando. Y esto yo siempre he dicho esto. Cuando viene el pesimismo y viene el derrotismo por todo lo que ha pasado en los últimos años, yo siempre digo el estallido social, el fracaso de la Convención, lo que ha pasado ahora con el segundo fracaso del Consejo Constitucional. Yo siento que son contracciones de un Chile que está por nacer pero que todavía no nace, está en gestación. Así que paciencia».
¿Tú crees que Boric siente como vergüenza, congoja, deuda con respecto al pueblo mapuche?
«Yo creo que no siente mucho. Yo creo que el presidente está tan atribulado por todo lo que está sucediendo en su gobierno y el escenario que le ha tocado, que ha sido el peor en materia en política, con debate político tóxico, con un país polarizado. Y yo creo que está contando los días para salir del Gobierno de La Moneda en su tercer mandato lo va a hacer muy bien en materia indígena».
¿Tercer mandato?
«Porque es muy joven, puede ser tres veces presidente, cuatro si quiere» cerró diciendo en entrevista con La Radio del Rock, el escritor y periodista, Pedro Cayuqueo.