Billie Joe Armstrong es una de las figuras definitorias del punk rock de las últimas tres décadas. Su trayectoria con Green Day le ha permitido ser considera una estrella por mucha gente, pero a veces olvidamos que todo músico en su naturaleza es también un fanático de la música.
Así lo demostró el experimentado frontman, quien narró su tierna experiencia conociendo a Eddie Van Halen, su gran héroe desde que es adolescente. Sin embargo, en la ocasión, al contrario de ser colapsado por sus emociones, el que terminó conmovido fue el fallecido guitarrista.
Pese a que vio a la banda a los 12 años, Armstrong cuenta que no logró hablar en persona con Eddie hasta ese periodo en el que volvieron con David Lee Roth y estaba Wolfgang, es decir a fines de los 2000. Todo en un concierto en Kansas donde pudo acceder al backstage.
«Primero conocí a Wolfie, que era muy cool, y luego me dijeron: ¿Quieres conocer a Eddie?, y yo dije: ¡Dios mío!», contó Billie Joe. «Y él estaba ahí detrás, con la guitarra puesta, enchufada, hablándome y tocando al mismo tiempo, y yo me quedé como: ¡Dios mío!«.
La humanidad de Eddie Van Halen
En esa linea, pasa a revelar que «No sé si alguien realmente sabe esto, pero el tamaño de sus manos son gigantescas, y agarré sus manos y las miré, y yo estaba como: Amigo tus manos son tan…Y me contesta: Oh, ahora tengo artritis y bla bla bla. Entonces pasó algo realmente loco: empezó a llorar. Me miró y puso su mano detrás de mi cuello, y dijo: Eres la única que me entiende«.
«Se le caían las lágrimas y yo no sabía qué decir. Le dije: No sabes lo mucho que has significado para mí como músico y como compositor. Me dijo: La gente cree que soy un extraterrestre por mi forma de tocar. Y yo le dije: Todo gira en torno a tus canciones, y él respondió: Exacto, exacto. Fue una experiencia muy fuerte».
El oriundo de Berkley le narra a Howard Stern que todo se corta cuando vuelve a el hijo de la leyenda del hard rock. «Eddie está destrozando, y [Wolfgang] dice: Papá, papá, papá… tenemos que afinar’«, contó Armstrong a Stern. «Y entonces Eddie dijo la cosa más cool, fue como un momento padre-hijo: dice ¿Quieres afinar para mí, o quieres que afine para ti?».
«Ese tipo de vínculo que un padre y un hijo tenían como músicos, siempre se me quedó grabado como algo hermoso», añade Billie Joe Armstrong.