Un importante acuerdo entre el sector privado y el público se llevó a cabo entre el Ministerio de Justicia y la Cámara Chilena de la Construcción. Quienes se unen bajo el contexto del Plan de Inversiones e Infraestructura Penitenciaria.
Idea que se concreta en el desarrollo de un plan maestro enfocado en licitaciones de obras para el 2024 y 2025, además de otros aspectos carcelarios como la rehabilitación de recintos penitenciarios.
Bajo ese contexto, en Palabra Que Es Noticia conversamos con el vicepresidente de la asociación, Alfredo Echavarría, quien en su charla con Antonio Quinteros y Andrea Moletto entregó detalles de los objetivos de esta nueva alianza público-privada.
Plan ambicioso y necesario
“Es un plan de construcción de cárceles nuevas y ampliación de existentes bajo el sistema de concesiones bastante ambicioso y muy necesario”, comenzó diciendo.
Para luego explicar que “el plan cuenta con dos etapas. Una primera que son ya recintos definidos y con un plan de licitaciones definido, esos son ocho recintos, y tres recintos nuevos, la cárcel de Talca, Copiapó y Calama, más, la ampliación de cinco cárceles existentes que actualmente están en el sistema de concesiones”.
En esa línea y relacionado al nivel de inversión, Echavarría aseveró: “estas ocho cárceles tienen un desarrollo del orden de unas 9.000 plazas, y la inversión es del orden de 900 millones de dólares”.
Lo que desde su perspectiva, permite que sean “proyectos bastante amplios y que cuentan con espacio para segregar a los distintos reclusos de acuerdo a su peligrosidad y un poco evitar todo esto que está pasando actualmente”.
Características y diferencias
Sobre el modo de funcionamiento, y el detalle del acuerdo entre los privados y la institución pública, el vicepresidente de la CChC aseveró: “el privado construye y ahí el Estado le paga eso en plazo. En cuotas de 10 años o 15 años. Aunque, cada licitación tiene distintos plazos”.
Acuerdo que según Echeverría vendrá acompañado de grandes beneficios, por eso subraya, que estos nuevos recintos serán “bastante más amplias, con módulos separado, de mujeres, de hombres, de distintos tipos de peligrosidad, y con la capacidad de poder apoyar la reinserción laboral y para poder apoyar cierto grado de capacitación también al exterior con algunos recintos deportivos, canchas, en fin”.
“O sea, son con un estándar muy distinto al que conocemos de alguna de las cárceles que tenemos acá de las antiguas, algunas que tienen más de 50 años”, cerró Alfredo Echavarría en su conversación con Palabra Que Es Noticia.