A lo largo de la historia del rock, las grandes estrellas han protagonizado diversos enfrentamientos durante su carrera. No es raro que hayan surgido conflictos en bastidores o en fiestas, motivados por celos, ego, o el consumo de alcohol y drogas. Sin embargo, pocos incidentes se comparan con el curioso episodio en el que una banda logró robar inadvertidamente a otra. Fue justamente esto lo que ocurrió entre los Sex Pistols y David Bowie. En este día, en le que John Lydon, también conocido como Johnny Rotten, celebra su cumpleaños 68, recordamos este peculiar episodio.
Es crucial considerar que en esa época, los Sex Pistols eran jóvenes ingleses con escasos recursos económicos. Lejos de contar con comodidades, estos amigos decidieron formar una banda, pero se enfrentaron al obstáculo de no tener los medios para adquirir instrumentos. Sin fondos disponibles, optaron por la única opción que les quedaba, el robo. Con la decisión tomada, llegó el momento de llevar a cabo el plan.
La residencia de Paul Cook, el baterista y miembro fundador de la banda, se encontraba en las cercanías de las salas de conciertos más prestigiosas del Reino Unido. Sin especular, la banda se dirigió hacia allí. Todo lo que se utilizaba en esos escenarios se volvía valioso y práctico para estos aspirantes a estrellas, quienes encontraron una entrada fácil en uno de esos lugares emblemáticos, el Hammersmith Odeon.
El procedimiento era simple, pues bastaba con ingresar por la puerta trasera, la misma que conducía al escenario, cuando no hubiera nadie presente. Así, los inexpertos Sex Pistols, que aún no tenían habilidades musicales, se apoderaban de todo el equipo disponible antes de retirarse velozmente, sin dejar rastro. La banda conseguía así guitarras, bajos, amplificadores y otros elementos esenciales.
Un golpe certero de los Sex Pistols
Cuando los Sex Pistols se enteraron de la visita de David Bowie al Hammersmith, la banda empezó a anticipar sus movimientos. Bowie se encontraba en la fase final de su gira «Ziggy Stardust» y, afortunadamente para los Pistols, tenía varias fechas programadas en el mismo recinto. Esto implicaba que los instrumentos de la banda permanecieran montados en el escenario durante la noche. Aunque podría haber sido una decisión práctica para ahorrar tiempo en el montaje, resultó ser un error en términos de seguridad, especialmente con los Sex Pistols al acecho. Como era de esperar, la banda de punk aprovechó la oportunidad para llevarse todo lo posible y más.
El modo en que Bowie se enteró de lo ocurrido y su reacción permanecen en la incertidumbre. Sin embargo, es innegable que una parte significativa del éxito de los Sex Pistols se atribuye a Bowie y a los músicos que, de manera involuntaria, contribuyeron al movimiento punk al ceder sus instrumentos para la causa, según consignó Rock FM.