En Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci conversaron sobre el fenómeno de Peso Pluma con América Becerra Romero, doctora en Ciencias Sociales, docente e investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, México.
En ese sentido, partió por explicar que no se puede “pensar que los narcocorridos van a generar una catástrofe social, no nos vamos a convertir en narcotraficantes por escucharlos”, expresó la experta en narcocultura, refiriéndose a la columna de Alberto Mayol sobre Peso Pluma.
Sin embargo, Becerra afirmó que “no los podemos ver como un producto neutral, están generados en un contexto social específico que hay que considerar”, explicando que Peso Pluma es más bien “un producto comercial” cuyas “letras toman elementos, pero no reflejan el narcotráfico en México”, sentenció la experta.
Historia de los narcocorridos
América Becerra posiciona el inicio de los narcocorridos en 1930, cuyas vertientes han ido evolucionando pero siempre relacionándose a la romantización de vida del narcotraficante. Los corridos tumbados son la vertiente más nueva, que tienen el componente romántico y el “corrido bélico”, que “resaltan al narcomundo” más violento.
Este último es el tipo de canciones que desempeña Peso Pluma, con letras como: “Por «El Chapillo» me han de apodar / La bandera es internacional / Efectivo para trabajar / En el equipo piñas y también SCAR”, una parte de su canción Rubicón.
Becerra explica que este tipo de canciones exaltan el poder y la riqueza “porque son las experiencias que tienen los jóvenes en América Latina”, especialmente aquellos en condiciones de desigualdad social, afirma la experta.
Además, relacionó el interés que tienen las bandas de narcotráfico en reclutar a jóvenes mediante el exaltamiento del narcomundo. “Hay grupos jóvenes en condiciones de riesgo que son a los que el narcotráfico que están acaparando, los jóvenes carne de cañón; es una cosa económica y cultural”, expresó Becerra.
De esta manera, Becerra expone que el atractivo en este tipo de música son los elementos de conexión con las juventudes, “no es extraño que sean productos creados por y para la juventud, que involucren elementos del narcotráfico”, finalizó América Becerra, experta en narcocultura en la radio del rock.