Las imágenes de Cathy Barriga haciendo deportes mientras cumple arresto domiciliario causaron gran polémica. Todo a raíz de los cuestionamientos que se generaron por el tipo de medida cautelar que el Juzgado le impuso, descartando la prisión preventiva en su contra.
En ese contexto, esta mañana en Palabra Que Es Noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros recibieron la visita del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero. Instancia donde el representante del Ejecutivo apuntó hacia la ex edil por las imágenes que compartió a través de su Instagram.
Poco decoroso
“A mí me parece que aquellas personas que están involucradas en delitos de connotación pública relevante y que han ejercido cargos públicos, el decoro en la función pública es algo que se ejerce, pero también se proyecta con posterioridad”, comenzó diciendo el ministro Luis Cordero.
“Me parece impropio en el contexto en el que estamos y me parece impropio además particularmente en el contexto de la investigación en la cual ella está sujeta”, añadió el titular de Justicia con énfasis.
Sistema de Justicia
No obstante, y a pesar de reconocer que “la tesis del Ministerio Público ha sido muy clara al respecto del por qué dadas las características del delito que se investiga, ella debiera estar en prisión preventiva”, también Luis Cordero recalca que “lo relevante es tener presente que por más afirmaciones que realice el Ministerio Público respecto de este y cualquiera de sus casos quienes deciden son los jueces”.
De todas maneras, aunque el ministro de Justicia reconozca y valore la independencia del sistema, sí subraya que casos como los de Cathy Barriga pueden provocar una sensación de impunidad en la sociedad. La que según sus palabras, “degrada las confianzas”.
Cárceles
En otro margen de cosas, ante la consulta del sistema carcelario en nuestro país, el ministro fue bastante contundente, aseverando que «las cárceles son de los espacios institucionales más observados por los terceros vigilantes en el Estado. Y a mí me parece que esto es bien relevante y que se sepa”.
Sin embargo, insiste en su idea de los vicios de este método, dando cuenta de que “los países que apuntaron a abordar los temas de la criminalidad exclusivamente con encarcelamiento, no sólo aumentaron desmedidamente el número de personas privadas de libertad, sino que transformaron a la cárcel en un lugar ideal para reclutar bandas”.
Una problemática que desde la perspectiva de Luis Cordero debiese tener otro enfoque, ya que, la lucha en el contexto actual es: “evitar que la cárcel se transforme en un espacio de reclutamiento de bandas”.