El legado de Death como pionero del death metal de Florida es profundo. Y su recordado líder Chuck Schuldiner, enormemente influyente en el metal extremo. Como fundador, vocalista, compositor principal y guitarrista, fue uno de los principales arquitectos del género. Lamentablemente, falleció de neumonía en 2001 mientras luchaba contra un tumor cerebral. Y en su discografía resalta de manera especial «Spiritual Healing», su tercer disco que se lanzó el 16 de febrero de 1990.
El álbum marca un punto de inflexión crucial para la banda y para el death metal en su conjunto. Es un disco de transición que representa el momento en el que Schuldiner comenzó a eliminar algo de la suciedad y afinar el sonido de Death. Acá, su líder inyectó significativamente más virtuosismo en los riffs técnicos iniciales. Todo con letras influenciadas por temas sociales en lugar de los demonios y sangre anteriores, dio un giro narrativo abrupto y valiente. Esa perspectiva lírica desarrollada la acompañó una composición más compleja. Los riffs intrincados y progresivos y los compases fuera de lugar proporcionaron arreglos convincentes y, por el momento, sumamente innovadores.
La pureza de «Spiritual Healing»
Estas tendencias progresivas han sido la clave para la continua influencia de Death. Schuldiner contó hábilmente en «Spiritual Healing» con una formación estelar, que incluía al guitarrista James Murphy, que se convertiría en una leyenda en los círculos del death metal, así como al bajista Terry Butler y al baterista Bill Andrews que formaban una poderosa sección rítmica. La reedición está repleta de destellos de la inventiva de los miembros de la banda, con el imponente trío inicial de “Living Monstrosity”, “Altering the Future” y “Defensive Personalities” revelando el modelo que innumerables bandas de death metal pronto duplicarían.
La disonante, matona y famosa producción de death metal de Morrisound todavía está ahí. Pero la remasterización agrega mucha claridad. Esto permite que los solos, quiebres y rellenos suenen nítidos y lúcidos, pero conservan su sucia musculatura. Sin duda que hay disciplina en la evolución de Death en el estudio.
«Spiritual Healing» hackeó y explotó lagunas en los límites del death metal. Era brutal y tóxico, pero repleto de matices más limpios y poco ortodoxos. En esta reedición, suena tan visceral y vital como el día en que se lanzó originalmente, afirmando el hecho de que su sofisticación narrativa y musical sentó las bases para que innumerables bandas de metal exploraran caminos musicales frenéticos con descarada honestidad artística. La curación espiritual captura la muerte comenzando a transformar su crueldad bestial en algo mucho más complejo y progresivo, aunque no menos intimidante. Es un poderoso recordatorio de la destreza de la banda y la continua influencia de Schuldiner, un músico motivado e imaginativo que nunca ha sido, ni debería ser, olvidado.