Los Prisioneros ya se había reunido a fines de 2001 tras 10 años de separación, con dos shows agotados en el Estadio Nacional. Este reencuentro también le valió a los sanmiguelinos una invitación como artista en el Festival de Viña del Mar. Eso sí, dicha participación estuvo sujeta a ciertas estipulaciones específicas por parte de Canal 13, canal a cargo del evento ese período.
Con declaraciones en Perú en las que aseguró que le da «vergüenza ser chileno» por parte de González. lo que dijera el líder de la banda podría causar molestia entre los organizadores y espectadores del evento en la Quinta Vergara. Por eso, la solución que aplicó Cristián San Miguel, director de la transmisión del Festival de Viña en 2003, para evitar problemas, fue que Los Prisioneros firmaran un contrato en el que se comprometían a no deslenguarse con frases polémicas.
Era la edición 44 del evento en la Quinta Vergara y Los Prisioneros fueron asignados para cerrar la jornada chilena conformada por los shows de Joe Vasconcellos inaugurando la jornada y Natalia Cuevas en el humor. Tras la competencia internacional, llegó el turno de Los Prisioneros, el espectáculo cierre de la noche.
En estricto rigor, Jorge González cumplió con el contrato, ya que no dijo frases problemáticas. Sin embargo, encontró la forma de salirse con la suya, y el primer golpe fue con «Sexo», el clásico single de «La Voz de los 80» de 1984. «El curita hablando del amor de Jesús, pero cuando torturan y matan se queda callado. Esos que mataron eran comunistas anticristianos. Esos a quienes torturaron tenían vacías de armas las manos», esta fue la nueva letra de la canción. Y no fue la única.
A través de gran parte de los temas del set de Los Prisioneros, Jorge González cantó todo lo que quiso decir criticando a la iglesia (y por ende, al canal a cargo del festival). También a Estados Unidos, la educación, y la relación con la Araucanía y los países vecinos. Incluso contaron una extraña historia que vinculaba la violencia con policías y la prensa. Conesta última, daban a entender al público que hubo quienes intentaron evitar la realización de su show.
Los momentos tensos siguieron, aún cuando manifestaron explícitamente que estaban esperando la famosa gaviota. «Qué antorcha. Gaviota. Cuando venía KC, Hues Corporation, Albert Hammond. Les daban gaviota, qué menos que una gaviota ¿o no? En todo caso lo que nos interesa es llevarnos nuestro merecido premio limón ¿Quieren que diga algo polémico? ¿Quieren que diga algo polémico? ¿Quieren que diga algo polémico? Ahora: Algo polémico», dijo González antes el clamor del Monstruo..
La última canción que Los Prisioneros cantaron esa noche fue «La voz de los 80», dedicada a «toda la gente que nos ha seguido, a toda la gente que no se traga las cosas que les tratan de meter en la cabeza». Finalmente Antonio Vodanovic hizo entrega de la Antorcha de Plata y Oro,. Y Myriam Hernández, de la Gaviota de Plata.
Más adelante, Cristián San Miguel dijo que la banda no cumplió con lo pactado previo al show. “Estábamos preparados, pero no para que en la primera canción nos insultara a nosotros mismos. Son muy especiales, pero ellos son responsables de las cosas que ellos dicen. Lamentablemente usan un show tan hermoso y tan bueno para su discurso: pero, uno esté o no de acuerdo, musicalmente son buenos”, consigna La Tercera.