Hace pocos días, los integrantes de Los Prisioneros, el grupo de rock chileno que tuvo lugar en los años ochenta, volvieron a vivir un hecho importante. Esto luego de que Jorge González se querellara contra el baterista Miguel Tapia y contra su ex representante, Alfonso Carbone.
La semana pasada salió a la luz una acción judicial que puso en tela de juicio la relación que habían construido durante años. Además, la conexión entre los antiguos compañeros se había ido desgastando gradualmente en el último tiempo.
La querella de Jorge González contra sus ex compañeros
En términos precisos, Jorge González interpuso una querella criminal ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, el martes 06 de febrero pasado.
Esa acción legal apuntó hacia el exbaterista del grupo, Miguel Tapia, y también hacia Alfonso Carbone, quien fue el representante durante los últimos años de la carrera en solitario del cantante.
La situación salió a la luz inicialmente a través de un artículo de La Tercera, y según el documento presentado, se acusa de que González fue manipulado para firmar acuerdos que tenían como objetivo la explotación del patrimonio de Los Prisioneros.
La hebra principal radica en que se habría buscado sacar provecho económico de la banda de San Miguel. Esto sin contar con el permiso de Jorge González ni otorgarle las regalías correspondientes a las que tiene derecho, según consignó ADN.
Los posibles delitos que se expresan en el texto son falsificación de instrumento público, uso malicioso de instrumento falso y administración desleal. Esto apunta a todo aquel que resulte responsable en calidad de «autor, cómplice o encubridor».
A modo de reparación del «daño patrimonial y moral», la acusación también incluye al notario público Juan Ricardo San Martín Urrejola.
Los Prisioneros y su desgastado vínculo
La relación entre Jorge González y Tapia era positiva hasta el año 2019, momento en el cual seguían en contacto a través de WhatsApp.
Esta noticia resulta sorprendente, porque a lo largo de sus historia, el dúo siempre había mantenido una sólida amistad.
Fue en el año 2006 cuando la banda se disolvió por completo. Cabe destacar que Jorge González y Miguel Tapia eran los únicos miembros originales que quedaban en ella.
En realidad, los conflictos más notorios se centraban en la relación entre el guitarrista Claudio Narea y el líder de la icónica banda de rock nacional.