Las orillas del mar en Chile han ido perdiendo 5 metros de arena año tras año. Fenómeno que podría provocar la desaparición de 10 playas entre Arica y Puerto Montt. Todo esto según un análisis preliminar del Observatorio de la Costa UC.
La investigación da cuenta de los diversos riesgos que ha provocado la erosión explosiva en algunas playas urbanas como Valparaíso, Viña del Mar, Reñaca, Caleta Portales y Algarrobo.
Así lo recalca la directora de la institución, Carolina Martínez. En conversación con Antonio Quinteros en Palabra Que Es Noticia reconoció que “hasta hace diez años la erosión costera no era un problema relevante para el país”.
“Pero ya hace 8 años se empezó a determinar una tendencia a la erosión. Principalmente en algunas playas urbanas”, añadió. También asevera que “a medida que se han ido intensificando las marejadas, también se ha ido intensificando. Y en algunas veces triplicando el proceso de erosión en las playas”.
Un efecto “gatillante de afectación crónica”, según da cuenta Carolina Martínez.
Problema humano
Este fenómeno también encontraría explicación en un importante factor antrópico que durante la última década. Ha afectado directamente a la erosión explosiva que podría desencadenar en la desaparición de diversas costas a lo largo del territorio.
“Nosotros tenemos la hipótesis de que la alteración que se ha hecho de las cuencas hidrográficas son las que aportan al sedimento de la arena de las playas”, recalcando.
“La antropización de las cuencas, vinculada a la creación de represas, embalses, infraestructura para riego, y una serie de actividades económicas están alterando la producción de agua, sedimentos y nutrientes con las cuales las playas se abastecen”.
“Y también están deteniendo o alterando la dinámica sedimentaria. Por eso recalcamos, que es más bien un problema antrópico, de actividades humanas”, precisó la directora del Observatorio de la Costa.
Restauración
Con esos antecedentes sobre la mesa, el panorama parece un poco gris para el futuro. Aunque, Martínez indica “restaurar es la palabra clave”.
Apuntando “a eso es lo que nos llama ahora la adaptación al cambio climático, tenemos un un debe con la naturaleza y con la costa, que es la restauración de ecosistemas. Es decir, evitar que los humedales se sigan rellenando, proteger las dunas, pero por sobre todo apuntar a un ordenamiento de la zona costera”
“Reconocer que no es un borde, sino una zona de ancho variable, que todas las regiones tienen una responsabilidad especialmente en la descentralización, en su orientación a los modelos de desarrollo urbano, y tratar de apuntar a una planificación territorial que sea acorde a siglo XXI”, cerró Carolina Martínez en su charla con Palabra Que Es Noticia.