En Palabra Que Es Noticia, en el Día Internacional de la Mujer, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron con una de las ensayistas más destacadas de Chile. La primera mujer en ser directora de la Academia Chilena de la Lengua y presidenta del Instituto de Chile, además de trabajar en la CEPAL, Adriana Valdés lo ha hecho todo. Hoy forma parte del directorio de ComunidadMujer, agrupación que, el miércoles pasado, reconoció a Rosa Devés y a Rossana Costa con su Premio a la Trayectoria.
Abrir caminos
Valdés inició la conversación comentando el galardón recibido por la rectora de la Universidad de Chile y la presidenta del Banco Central. “Una de nuestras homenajeadas, Rosa Devés, primera mujer rectora de la Universidad de Chile dijo: ‘En realidad cuando se presentó esta oportunidad [de ser rectora] yo no la dejé pasar. No por mí, sino que por las mujeres’”, relató Valdés.
“A mí, en términos bastante modestos, me pasó lo mismo con el Instituto de Chile y con la Academia Chilena de la Lengua. Estaba en situación de poder ser elegida y entonces dije: ‘Para mí, que ya soy bastante vieja, hubiera sido mejor hacer cosas más tranquilas’. Pero lo hice porque eso les abre camino a las mujeres”, complementa.
“Rosana Acosta y Rosa Devés abren camino a las mujeres y de una manera fantástica”, agregó.
Mundo laboral y maternidad
Valdés considera que en los últimos años se ha avanzado mucho en derechos de las mujeres, especialmente en el campo laboral. Sin embargo, la académica señala que “a pesar de que son más las mujeres que estudian que los hombres, las que tienen un trabajo destacado son menos que los hombres”.
Consultada por la conmemoración de hoy, Valdés piensa que “sí hay que celebrar. Hace 25 o 30 años, las cifras eran muy distintas. Uno no puede pasar por alto eso”.
“Una vez que tu formas familia, las mujeres tienen la disyuntiva tremenda de que, si tú tienes niños menores de seis años, no tienes otra alternativa que quedarte en la casa”, comenta Valdés.
“Eso tiene un costo para las carreras de las mujeres extraordinariamente fuerte”, agregó.
“Culturalmente, no distribuimos el trabajo doméstico, que es múltiple: mental, físico, de crianza. Eso es ajeno a nuestra cultura. Hay que aumentar ese cambio cultural, de la corresponsabilidad”, subraya la ensayista.
En Chile, “no hay una política que realmente fomente la natalidad, salvo una cosa notable que tiene este país y que no tiene ningún otro, o muy pocos: que tengan seis meses de posnatal”, afirma Valdés.
Las que estuvieron antes y las que están ahora
En cuanto al feminismo, la académica destaca la relevancia de reconocer el camino que abrieron las mujeres que vinieron antes: “Yo creo que debemos asumir una parte histórica importantísima. Si no hubiera habido suffragettes, si no hubiera estado doña Elena Caffarena por aquí y otras mujeres extraordinarias, yo no tendría derecho a voto”, argumenta.
“Feminismos hay tantos. Las mujeres somos muchas. No existe la mujer”, complementó.
“Yo soy una mujer que ha sido capaz de trabajar porque la sociedad ha ido cambiando un poco. El horror que sentía en la familia ante una hija trabajadora ya no es así”, dice Valdés. “Le debemos muchas cosas a los antiguos feminismos, y ellas fueron tan ridiculizadas”, agregó.
A pesar de todo, la ensayista comenta que se rehúsa “a decir que soy feminista en Chile. No quiero que me salgan con las mismas estupideces de siempre y tener que pasar media hora discutiendo temas que no le interesan a nadie”.
“En este minuto pienso que hay varias formas de feminismo. La que hemos tomado hace 21 años en ComunidadMujer tiene que ver con las necesidades básicas de las mujeres y no tanto con la identidad”, complementó.
En esa línea, Valdés dice que le cuesta identificarse con el feminismo actual porque “no me saco los sostenes, porque no me cargan los hombres. Hay una serie de cosas que salen a la luz que son muy tontas, como la controversia sobre el nombre de primera dama”.
“Entonces, cuando dicen feminismo -en el fondo- están confundiendo algo, que es una causa para mí muy importante, con un conjunto de caprichos y de estupideces en las que yo no quiero tomar la responsabilidad. Existe un feminismo más woke”, afirmó Valdés.