Ocho largos años tuvieron que pasar para la cuarta visita del grupo de nu metal, Limp Bizkit, a nuestro país. Movistar Arena en el 2011, Teatro Caupolicán en el 2013 y el mismo venue en el 2016, plasmaron una tendencia de la banda de realizar espectáculos de alto nivel en sus visitas en solitario.
Por primera vez este 2024, Lollapalooza Chile recibía a los de Florida, Estados Unidos, que cerraron el escenario Banco de Chile en la jornada de apertura del festival. «Still Sucks» se llama la gira que en un escueto espectáculo, Fred Durst, Wes Borland y compañía entregaron sus credenciales en un show de una hora que comenzó como el despegue de un avión, se mantuvo en el aire y luego, aterrizó sin novedad.
«Break Stuff», «Rollin», «Nookie» y «My Way» fue el cuarteto de canciones que levantó hasta al más desanimado en el Parque Bicentenario de la comuna de Cerrillos. Algunas pausas bajaron las revoluciones que volvieron en alto con el tremendo cover a The Who de la canción «Behind Blue Eyes», para seguir con «Faith» y seguir el clásico «My Generation».
Limp Bizkit en Lollapalooza Chile 2024
Con la experiencia de sus presentaciones en el Teatro Caupolicán, los estadounidenses brillaban en su «en vivo» por la intensidad incluso, en sus paradas entre tracks.
Posiblemente la edad y un espectáculo de festival bajaron la potencia que acostumbraron a los asistentes a ambas veladas. Pero por nada del mundo, defraudó a los miles de seguidores y no simpatizantes de Limp Bizkit durante el atardecer del viernes 15 de marzo.
Con guiños a Nirvana, Slayer y Metallica, supieron mantener la energía y ejecutar hitazos como «Take a Look Around» e incluso, debutar en sus conciertos con «Turn It Up, Bitch».
Con un sonido poderoso, sin grandes sorpresas, y algunos momentos que hicieron perder la concentración dando el pie a la conversación fueron algunas situaciones que no empañaron en lo absoluto la nueva llegada de Limp Bizkit a Chile. ¿Nos dejaron con gusto a poco? Totalmente. Pero de esto se trata este tipo de certámenes. Entregar pinceladas y hacer más difícil lo que se conoce como una presentación perfecta, y crear la necesidad de volver a verlos en un espectáculo solista.