En Palabra Que es Noticia, Raúl Agurto y Andrea Moletto conversaron con Juan Carlos Arellano, integrante de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, autor de “Historias perdidas del valle del Mapocho y otros relatos”, para profundizar sobre este libro.
“Hay un rico relato que tiene que ver con uno de los procesos fundacionales, que es un relato no escrito en ningún libro”, expresó sobre la motivación detrás del libro. “Es contar la historia de cómo realmente fue con los apoyos científicos”, comentó Arellano.
“Hay que hacerse cargo de grandes investigaciones”, dijo el historiador, mencionando al arqueólogo chileno, Rubén Stehberg, con quien se “logró determinar que en el valle del Mapocho, la fundación de Santiago se había dado en la plaza de armas por alguna razón”, detalló Arellano.
“Hay un tema de culturas preincaicas, su calendario era la cordillera”, comenzó explicando el historiador.
En Plaza de Armas, “cuando sale el solsticio de verano, el rayo de sol se proyecta sobre el Cerro Huelén y con la punta del cerro, se extiende el rayo el sol justo en el centro”, detalló sobre el fenómeno Arellano.
“La segunda se da con el solsticio de invierno, cuando sale por el cerro El Plomo, un vértice del Cerro San Cristóbal también se proyecta en el mismo punto”, explicó el experto, ahí se vuelve un centro de administración.
Además, detalló que no es el único lugar en donde ocurre este fenómeno, se da la misma situación en “en el centro de Quilicura en donde se han encontrado innumerables hallazgos arqueológicos”
PAC y su amigo Hitler
“Había que contar historias como esta para hacer un relato de los últimos 500 años, poner la bandera de cómo fue la investigación”, destacó el historiador.
Así relató la exitencia de una carta del expresidente Pedro Aguirre Cerda a Hitler en medio de la Segunda Guerra Mundial. “Él nombra a un embajador en plena Alemania nazi, cuando ya había invadido Polonia y Bélgica”, explicó Arellano.
“Nombra a Tobías Barros Ortiz, un sobreviviente nacionalsocialista de la matanza del seguro obrero” en plena guerra mundial, explica el historiador “y don Pedro Aguirre Cerda trata de muy buen amigo y pone a un nacionalsocialista de embajador en la Alemania Nazi”, detalló Juan Carlos Arellano en la radio del rock.