Durante los últimos días, se ha llevado a cabo la edición 2024 del Encuentro Nacional de la Empresa, la principal instancia de diálogo entre el sector público y el privado.
El tono del Ejecutivo ha sido conciliador, apuntando a que existe la disposición para colaborar con el mundo privado. Desde el sector empresarial, se ha hecho énfasis en el prolongado estancamiento económico del país, así como en el inmovilismo generalizado en la sociedad.
Para profundizar en el tema, en Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci tomaron contacto con Guillermo Larraín, economista de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y expresidente del Banco Estado.
Relaciones con el empresariado
Desde la perspectiva del economista, el discurso del presidente en Enade es una manifestación de un cambio de actitud que ha acercado las relaciones entre el gobierno y el empresariado.
“Creo que se ha ido consolidando un mensaje más coherente de parte del gobierno. De parte de los empresarios, ha sido bastante claro desde el principio, lo que ellos necesitaban y a lo que ellos aspiraban. El gobierno fue un tanto errático respecto de su campaña, pero se ha ido consolidando un entendimiento mutuo. Y creo que eso sienta las bases para una cosa que sea más tranquila de aquí en adelante”, analiza Larraín.
“Yo no digo que el discurso sea el cambio de rumbo, digo que ha habido un cambio de rumbo. De un gobierno que inicialmente, en materia previsional, tenía una propuesta de reforma bastante radical y ambiciosa, ha ido dando lugar a tratar de buscar algún acuerdo intermedio”, agrega el expresidente del Banco Estado.
Reforma al sistema político
Por otro lado, Larraín piensa que la disposición del presidente a impulsar una reforma política es alentadora.
“Me parece que el principal anuncio de la conversación de hoy día fue la rectificación que hizo el presidente respecto de su entrevista del día anterior, en torno a su idea de apoyar o no una reforma al sistema político. Mientras no logremos gobernar mejor la economía, gobernar mejor la sociedad y el funcionamiento de Chile, la verdad es que no vamos a lograr desenmarañar esto”, sentencia Larraín.
“Estoy absolutamente convencido de que la principal de todas las reformas que vienen es la reforma política”, agrega.
“Este es el principal problema. Cuando se dice inmovilismo, no es que estemos inmovilizados porque hayamos perdido nuestra capacidad de pensar o de tomar decisiones. No. Estamos inmovilizados porque el sistema político está neutralizado y desordenado en una forma bastante anárquica”, argumenta el economista
“En esas condiciones, vamos a seguir inmovilizados, como decía el logo de Enade hoy día. Esta es la principal de todas las reformas que tiene que ocurrir de aquí al fin del gobierno. Ojalá podamos acordar las otras, es evidente, ojalá. Son todas necesarias, sí, es verdad”, dice Larraín.