El precio de las entradas es todo un tema dentro del mundo de los conciertos, y está claro que no se limita solo a Chile. Es más, hace rato que en Estados Unidos la situación tomó el carácter de bomba de tiempo.
En ese sentido, alrededor de 250 solistas y bandas han firmado una carta para el proyecto de ley Fans First Act, que busca reformar todo el sistema de ticketeras que hoy predomina en dicho país.
«Como artistas y miembros de la comunidad musical, dependemos de las giras para ganarnos la vida, y valoramos a los aficionados a la música por encima de todo», comienza la misiva que cuenta con la firma de nombres como Patti Smith, The Cure, Green Day; o fenómenos actuales como Billie Eilish o Lorde.
En esa línea, el texto afirma: «Nos unimos para decir que el sistema actual está roto. Los revendedores depredadores y las plataformas secundarias se dedican a prácticas de venta de entradas engañosas para inflar los precios de las entradas y privar a los fans de la oportunidad de ver a sus artistas favoritos a un precio justo».
Si la propuesta legislativa tiene éxito, buscará que se prohiban «las entradas falsas y las tácticas de marketing engañosas que engañan a nuestros fans para que paguen más por unas entradas que quizá nunca les den acceso a un espectáculo».
Las reventas: un fenómeno insostenible
Tal como detalla la NPR (organización sin fines de lucro de la radiodifusión pública de Estados Unidos), la carta apunta tambien a las «entradas especulativas». Sobre esto, se explica que «un revendedor abusivo pone a la venta entradas para un espectáculo antes incluso de que salgan a la venta o no tiene la entrada en la mano: son intencionadamente engañosas y con demasiada frecuencia dan lugar a que los aficionados se presenten en un recinto sin una entrada válida».
La carta termina diciendo: «Nosotros, como artistas, como amantes de la música y como asistentes a conciertos, le instamos a que se apoye la ley Fans First Act para combatir las prácticas engañosas de los revendedores de entradas y las plataformas secundarias, que también se benefician de estas prácticas. Los revendedores depredadores no deberían ser más rentables que las personas que dedican su vida a su arte».