Star Wars es probablemente la más grande franquicia que ha dado el cine, pero el mundo de George Lucas no siempre ha tenido la completa aprobación de los fanáticos. Así, al menos, lo vivió Ahmed Best, que en 1999 le dio vida por primera vez al controversial Jar Jar Binks.
La amenaza fantasma arribó a finales del siglo pasado para liderar una nueva trilogía que atraería nuevas generaciones. Y lo hizo. Sin embargo, el famoso gungan de Naboo no tuvo la recepción del resto de personajes.
«Me pasó casi una factura mortal. Fue demasiado», recuerda hasta el día de hoy Best sobre la ola de odio que recibió no solo el personaje, sino su propio trabajo y nombre. «Fue la primera vez en mi vida que no pude ver el futuro. No veía ninguna esperanza. Aquí estaba yo a los 26 años, viviendo mi sueño, y mi suestaño se había acabado».
La importancia de Jar Jar Binks
Afortunadamente, el actor tuvo la fortaleza para sobrevivir dicha adversidad, y 25 años después del estreno de la cinta no solo ser testigo de la reevaluación positiva de las precuelas, sino también consciente del legado del que fue partícipe con Binks.
En una nueva entrevista con el New York Times, Best señaló que «Jar Jar representa la posibilidad de que cualquier cosa que tengas en la cabeza, creativamente, podemos inventar un futuro en el que esa cosa exista. Que nadie lo haya hecho antes no significa que no se pueda hacer».
En esa línea, abordó como el personaje fue esencial para darle rienda suelta al CGI en el cine del siglo XXI: «No puedes tener a Gollum sin Jar Jar. No puedes tener a los Na’vi en ‘Avatar’ sin Jar Jar. No puedes tener a Thanos o a Hulk sin Jar Jar».
«Yo fui la señal para el resto de esta forma de arte, y estoy orgulloso de Jar Jar por eso, y estoy orgulloso de ser parte de eso», afirmó.
Así, pese a que fue duro, en ningún momento Ahmed Best llegó a renegar de él. Sobre todo desde que se dio cuenta que suelen ser los niños pequeños, las personas con discapacidades y los que han sido condenados al ostracismo los que más se identifican con Jar Jar.
«Es un incomprendido, pero Jar Jar tiene un corazón muy puro», señaló.