Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), fue condenado a 23 años de prisión efectiva, luego de ser declarado culpable de diversos delitos en la macrozona sur.
Dentro de ellos, Llaitul recibió 15 años de presidio efectivo por el delito consumado y reiterado contra el orden público, en el marco de la Ley de Seguridad del Estado; cinco años de cárcel por hurto; además de tres años por atentado en contra de la autoridad. El líder de la CAM se encontraba en prisión preventiva desde agosto de 2022.
Para hacer una bajada del tema, en Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci tomaron contacto con el antropólogo e historiador José Bengoa, especialista en la historia del pueblo Mapuche.
Escala el conflicto tras condena a Héctor Llaitul
A pesar de transparentar que no ha leído la sentencia en contra del líder de la Coordinadora Arauco Malleco, Bengoa plantea que no sabe “si se le acusa de cosas que ha dicho, o de cosas que ha hecho”.
“En la cuestión mapuche, cuando la justicia reemplaza a la política, estamos en el peor de los caminos. Porque, como lo ha dicho Francisco Huenchumilla, muchas veces, aquí se trata de una cuestión política”, explicó Bengoa.
“Los carceleros, los penales, separan a la población mapuche de la población común. Si usted ha ido a una cárcel del sur, lo primero que le dicen es ‘viene a ver a los comunes o a los comuneros’. Entonces, la distinción la tienen muy clara los gendarmes”, explica el historiador.
“El plan Jungla hizo escalar las situaciones. Antes eran Carabineros tirando bombas lacrimógenas y comuneros tirando piedras. Así se escalan los conflictos. Los conflictos se escalan en quién apuesta más. Y, si hoy día apuestan a 23 años, bueno, se escala el conflicto, y no hay política”, afirma Bengoa.
“Quién de los amigos de Llaitul va a estar contento”, pregunta el antropólogo.