Paul McCartney estableció uno de los puntos altos de su carrera en solitario con «Flaming Pie». Su décimo disco de estudio en solitario se lanzó el 5 de mayo de 1997. Y se gestó por la idea de crear a partir de la energía del pasado. El espíritu de The Beatles.
Decidido a revivir la frescura de los tiempos en que trabajaba codo a codo con John Lennon escribiendo, Macca dio forma a un material que le devolvió el éxito artístico y comercial. Pero además, fue el último álbum que compartió en vida con su esposa, Linda, antes de morir a causa de un agresivo cáncer en abril de 1998.
En 1995, se lanzó «The Beatles Anthology». Un documental de 8 partes, 3 discos dobles y un liobro contaban la historia definitiva d ela banda de Liverpool en voces de sus propios protagonistas. Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr también volvieron al estudio para trabajar sobre 2 canciones inéditas de John lennon, «Free As A Bird» y «Real Love».
Reencontrarse con sus compañeros para la Antología de los Beatles le dio un nuevo impulso creativo a McCartney. «Me recordó los estándares de los Beatles y el estándar de las canciones», contó en entrevista con EFE. «Fue un buen curso de actualización, y me dio un marco para este álbum. Anthology sacó todos estos recuerdos en los que no había tenido ningún motivo para pensar durante mucho tiempo».
«Una de las cosas que siempre solía hacer con los Beatles era oír nuestro último álbum antes de pasar al siguiente. Por ejemplo, escuchaba ‘Rubber Soul’. Lo ponía entero, como si fuese un fan. Ahí es donde estamos. Ahí está el listón. Ahora, intentemos saltarlo», agregó.
«Flaming Pie» de Paul McCartney tuvo un nombre que lo reencontraba con John Lennon. Era el recuerdo de una vieja broma. En 1961, previo al segundo viaje de los Beatles a Hamburgo, el editor de la revista Mersey Beat le encargó a Lennon una pequeña reseña con la historia del grupo. Cuando explicó el origen del nombre de la banda, se fue por la tangente y echó mano a su fértil imaginación. «Un hombre apareció en un pastel en llamas (‘flaming pie’, en inglés) y dijo: ‘Desde este día ustedes son los Beatles con una ‘A'».
Paul asegura: «‘Flaming Pie’ tenía un elemento de eso. Tenía bastante del sabor de los Beatles. Siempre hay ecos. No puedes evitarlo. Cuando escribes, eres tú. Y cuando acabas de reevaluar el trabajo de tu vida, te haces una idea de a dónde ir después».
McCartney se autoimpuso la idea de trabajar un nuevo grupo de canciones tal como lo hacía en esos años; rápido, con chispa. Por ejemplo, «Young Boy», que fue primer single de «Flaming Pie», fue escrita el tiempo que se tarde en cocinar un almuerzo. «La escribí en Long Island en el tiempo que le tomó a Linda preparar el almuerzo (sopa de verduras, cazuela de berenjena y pastel de compota de manzana) con Pierre Franey para un artículo del The New York Times», revela el músico. El solo de guitarra es de un invitado d elujo, el gran Steve Miller.
Para «Flaming Pie», y tras la complicidad que tomaron en el Beatles Anthology, Paul McCartney se reunió con Ringo Starr para dos cortes dle disco producidos pro Jeff Lynne. Uno de ellos es «Beautiful Night», una pieza que databa de mediados de los o80 que estaba a medio terminar. McCartney recuerda: «Sentía que no tenía la versión correcta, así que saqué esta canción cuando Ringo llegó, y enseguida fue como en los viejos tiempos. Me di cuenta de que no habíamos hecho esto durante muchos años, pero era realmente cómodo».
Una bella balada que es parte del álbum es «Calico Skies», la cual se emparenta con otros temas de su discografía como «Blackbird» y «Jenny Wren», se creó durante un encierro forzado en 1991. «Quería escribir algo acústico, algo simple que se mantuviera por sí solo y en el que no tuviera que meter la batería o un arreglo», recuerda sir Paul.
Mientras trabajaba primero en «the Beatles Anthlogy» y luego en «Flaming Pie», Paul McCartney atravezó el proceso del cáncer de su esposa Linda, y la desasón por la enfermedad es palpable en el disco.
Philip Norman, autor de «Paul McCartney, la biografía», explica: «La fotografía de Linda para la portada del álbum era un retrato en blanco y negro en el que Paul se veía atípicamente descarnado y angustiado. En los créditos ella solo aparecía en los coros, como si ya no tuviera la energía necesaria para seguir tocando los teclados».
«Flaming Pie» fue un éxito tanto de crítica como comercial. Alcanzó el lugar 2 en el Billboard Hot 200 y en el UK Albums Chart, la mejor marca que había conseguido desde «Tug of War» de 1982. A diferencia de las malas críticas que había recibido su anterior disco, «Off the Ground» de 1993, esta vez las apreciaciones fueron algo más positivas. «En Flaming Pie, la mirada hacia atrás de McCartney es una búsqueda genuina, como si no estuviera seguro de lo que podría encontrar allí. La confusión se convierte en él, lo que complica su punto de vista típicamente demasiado establecido y le da a Pie una ventaja necesaria», escribió Anthony DeCurtis para Rolling Stone, calificándolo con tres estrellas, de cinco.
Sin embargo, el éxito de «Flaming Pie» no compensó un año difícil para la familia McCartney. El cáncer de Linda se había ramificado al estómago. Finalmente, murió el 17 de abril de 1998.
A Paul McCartney le costó un año volver a un estudio de grabación. Fue con Run Devil Run, un álbum de versiones del rock & roll que escuchaba en su adolescencia, donde repitió la fórmula de trabajar rápido, con el espíritu de los Beatles.