Este 2024 se cumplen 28 años de una placa emblemátia en la historia de la agrupación más grande del metal en el mundo. Para comenzar, apelaremos a una frase pre hecha, pero que funciona muy bien para un caso como este. «Load» publicado un 4 de junio de 1996, fue un trabajo que odias o amas dentro del extenso catálogo de Metallica.
La división estilística alejó al fanático ortodoxo thraser, para coquetear con sonidos ligados al hard rock para ampliar su espectro de público y lograr ser hasta hoy la agrupación de metal más reconocida de nivel mundial.
Evolución, «Load» de Metallica y su extravagante portada
Luego de la oscuridad, nihilismo, anarquía y destrucción de «Kill Em’ All», la crítica social de «And Justice For All», el giro emocional de «Ride The Lightning» y «Master of Puppets», más la ira contenida del «Black Album», «Load» refuerza la sensibilidad y los problemas existenciales como material lírico.
Las largas cabelleras desaparecieron y se fueron reformulando para una estética más adecuada para los medios musicales del momento, salir de la temática metalera y mostrar un lado más rockero, en compañía de extraordinarios riffs que dieron vuelta el camino inicial de los cuatro jinetes.
En la producción, la mano de Bob Rock (The Cult, Bon Jovi) tomó importancia en la forma de tocar y en la construcción musical del producto final. La banda optó por sugerencia de Bob a la afinación de Eb (mi bemol), un semitono más abajo de su afinación tradicional y a evitar las largas canciones (a excepción de Bleeding Me y The Outlaw Torn) quedando fuera de un trabajo que dejó huellas.
La rareza en su arte
¿La portada? En los noventas muchos no entendían que significaba, solo que era una muestra minimalista de la rabia y el fuego que solían mostrar, pero se equivocaron. Del artista Andrés Serrano, esta placa mostró un arte bastante extraño. Serrano tomó dos láminas, las juntó sumando sangre de oveja y semen para crear la obra «Blood and Semen III». Una locura por donde se le mire…
Además, el típico logo en punta creado por Lars Ulrich tomó un nuevo aspecto en el disco. Más simple y centrado para la viralización rápida y fácil. Para salir de la etiqueta metalera que nos voló la cabeza. ¿Lo odias o lo amas? Pero si hay algo indiscutible, este giro marcó la base para el reconocimiento público en todas las fronteras y estilos.