Tras el despliegue de un lienzo en el frontis de la Universidad de Chile, donde se ve a la rectora Rosa Devés recibiendo un beso en la mejilla del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tanto la rectora como el presidente han condenado enérgicamente este acto, calificándolo como un incidente grave.
Este hecho se enmarca en las protestas propalestina, donde alumnos están exigiendo para revocar los convenios con las instituciones educativas de Israel y la desvinculación con entidades económicas “que están apoyando el sionismo”.
En Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto y Álvaro Paci conversaron con Catalina Rufín, expresidenta de la FECh, para conocer más detalles
Rufín expresó que mayo se ha caracterizado por ser un mes activo para los movimientos sociales y que “hoy la Universidad de Chile está volviendo a ser así”. Destacó que el despliegue del lienzo en la Casa Central fue en solidaridad con Palestina, pero lamentó que este hecho haya recibido más atención que el trasfondo de la protesta. “Yo creo que es más lamentable que haya recibido más atención eso que el trasfondo”, afirmó.
Respecto a la toma del edificio, Rufín aclaró que no se trata de una ocupación total, ya que las actividades académicas continúan desarrollándose con normalidad. “No es una toma porque sigue ‘normal’”, indicó. Además, rechazó las acusaciones de fascismo hacia el movimiento estudiantil, señalando que “pretender que esto es una muestra de fascismo es desconocer cómo se han realizado las tomas de los establecimientos desde siempre”.
La expresidenta de la FECh subrayó que la principal demanda de los estudiantes es que la Universidad de Chile suspenda los convenios con universidades israelíes, argumentando que estos acuerdos contribuyen activamente al desarrollo de un estado que está cometiendo “un genocidio activo” y ocupando un territorio de manera ilegítima. “Estamos cuestionando que la manera en la que plantea su política, haciendo ocupación de un territorio que no le corresponde, es ilegítimo”, puntualizó.
En cuanto a las declaraciones del presidente Boric, quien sugirió que las protestas propalestina estaban limitando el debate, Rufín refutó esta idea. “Creo que no es cierto cuando el presidente Boric señala que estamos coartando el debate”, sostuvo.