En Palabras Sacan Palabras hablamos sobre la situación en Huasco, región de Atacama, donde 5 termoeléctricas emplazadas en la Isla Guacolda provocan considerables riesgos a la salud de cerca de 11 mil personas según una reciente denuncia del Colegio Médico. Para profundizar en el tema, conversamos con Ladislao Palma, vocero de la campaña “Chao Carbón”.
Además, enfatizó que «el riesgo es histórico. Nosotros somos parte de la coalición Chao Carbón, donde el Colegio Médico se suma para poder ayudar en este tipo de alertas». La problemática medioambiental se ha visto agravada desde 2018, cuando comenzó el plan de descarbonización, un esfuerzo para concientizar sobre los daños contaminantes de estas plantas.
Plan de descarbonización
En cuanto al plan de descarbonización, señaló que «en 2018 se adhirió al plan de descarbonización, es un acuerdo voluntario entre las distintas empresas. En Huasco, las termoeléctricas eran de una empresa que las vendió a unos inversionistas chilenos. Este grupo no tiene ninguna intención de cerrarlas sino de hacer negocios con su nueva inversión, entonces al ser voluntario, a la fecha no ha dado ninguna fecha de cierre».
Actualmente, «las termoeléctricas que quedan sin cierre son las de Huasco y una de Colbún». Se espera que el plan de descarbonización, que se actualiza cada cuatro años, sea entregado por el gobierno en los próximos meses, lo que ha impulsado la creación de una campaña para que «el presidente Boric cumpla su promesa a las zonas de sacrificio».
Problemas de salud
La historia de Huasco está marcada por la instalación de estas plantas. «Esta isla, Isla Guacolda, se encontraron hallazgos incas. Con la llegada de, empieza el proceso de mover pueblo de Huasco y luego de hacer las plataformas en la isla, se instalan las 5 termoeléctricas arrasando con todos los pueblos aborígenes. Eso pasó en el año 85, y así comenzaron a generarse los problemas y a cambiarse la vocación de una gente que trabaja en la tierra». Desde entonces, los problemas de salud, como accidentes respiratorios, cáncer y enfermedades cardiovasculares, han aumentado.
En Huasco, «hay 71% de probabilidades de morir por accidentes cardiovasculares. Los hospitales no están dentro de Huasco sino que están en la capital. Los niños no nacen en Huasco, nacen en Vallenar, por lo tanto las estadísticas siempre son muy confusas». Además, la región sufre de una dependencia significativa hacia las empresas termoeléctricas debido a los empleos directos e indirectos que generan. «Una zona completa que empieza a depender de estas empresas, una dependencia clara».
La coalición ambientalista, conformada por diversas agrupaciones, ha notado que aunque se presiona para cerrar estas plantas, «van primero por Quintero Puchuncaví y Huasco siempre va quedando de lado». Esta situación resalta la urgencia de atender los problemas medioambientales y de salud que enfrentan las comunidades de Huasco.