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Undercroft y «Battle of Demons»: Alguien en el sótano

Repasamos el nuevo trabajo de uno de los nombres esenciales cuando hablamos de la historia del metal chileno.

Undercroft 2024 Web

Undercroft es un nombre ineludible al momento de situar los grandes hitos en la línea histórica del metal chileno. Son parte de la tercera camada de bandas, posterior a la Sala Lautaro y cuyas influencias están a kilómetros del sonido que inspiró la época del Manuel Plaza.

Undercroft es de comienzos de los noventa, de manera que su desarrollo musical fue, a grandes rasgos, bastante menos precario que sus antecesores. Un país con cierta apertura cultural, con un poco más de acceso a infraestructura y equipos. Más conectado con otras escenas y otros sonidos. Sin contar la inspiración que generaba en los jóvenes de entonces la visita de las primeras bandas extranjeras.

Pero sabemos que con eso no bastó. Había que componer, armar un repertorio y, en su caso, la banda de Claudio Illanes y Tito Melin supo trabajar con determinación y hacer el servicio militar que implicaba grabar demos y salir con ellos a la calle.

En su caso, fueron tres los registrados entre 1992 y 1993 antes de «Twisted Souls», su primer álbum, publicado en casete por Toxic Records en 1995. Dos años después vendría «Bonebreaker» y varios más con los cuales la banda logró una identidad que la distingue hasta hoy, no obstante algunos lapsos de inactividad luego de que se instalara en Europa a inicios de los dos mil.

Undercroft Battle Of Demons

Lo nuevo de Undercroft justamente se trata de volver la mirada a los años fundacionales. Es un regreso al arsenal de canciones compuestas en la primera etapa. Y que hoy, vueltas a grabar, arregladas y mejor producidas, componen «Battle of Demons». Un álbum que bien funciona como ayuda memoria de una época fructífera. Y de paso los instala frente a nuevas audiencias.

Si bien como todas las bandas de su generación, Undercroft tuvo que lidiar con la influencia implacable de Cannibal Corpse y Deicide, los nacionales salieron incólumes. Su sonido es parte del pulso de una época, qué duda cabe. Es el espíritu de los tiempos y no hay nada que hacer al respecto. Pero reencontrarse con canciones como «Demons Awake», «To the final Battle», «Mercy» (con Matías Leonicio de Nuclear) y “Son of Darkness” es un signo de buena salud.

Hay otros músicos que son parte de la alineación, pero se mantiene la vibra que los hizo apuntar alto. Undercroft es death metal sin apellidos. Bien ejecutado. Y, lo mejor, con ideas que no envejecen. Por el contrario, sorprende la vigencia que su apuesta mantiene treinta años después.


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