La crisis de seguridad ha sido central en la agenda pública los últimos días. Por lo mismo, surge el debate sobre cuál es el rol que debería cumplir la seguridad municipal, especialmente en tiempos de elecciones cuando es muy fácil caer en promesas populistas para juntar votos.
En Palabra Que es Noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron sobre el tema con Claudio Fuentes, académico y coautor de un estudio que describe la seguridad municipal en comunas del país.
Acerca de las diferencias de modelos de seguridad, Fuentes plantea: “Es fundamental todo lo que tiene que ver con seguridad municipal, porque hay una tensión entre un modelo en que se coordina desde el Gobierno central, desde el Estado de Chile, que requiere mucha coordinación fina con los territorios y las policías”.
Sobre la seguridad municipal, el académico sostiene: “Otro modelo es empoderar a los municipios, es decir, darle poderes para ejercer labores de seguridad y prevención del delito”.
“Puede ser un problema darle poderes a instituciones que son frágiles, en general los municipios en Chile tienen debilidades. Es cosa de ver el modelo de educación. Hay una tentación de entregarle poderes y se está discutiendo en una ley de seguridad”, agregó Fuentes.
Desigualdad
El presupuesto de seguridad depende de cada comuna. Sobre eso, Fuentes propone: “El gran problema es la desigualdad entre los municipios. Lo que muestra el estudio es una brecha muy fuerte entre las capacidades de los municipios. Cruzamos el gasto municipal y la cantidad de iniciativas que tienen”.
“Las Condes, Santiago, Vitacura y Providencia concentran el 30% de las cámaras de todos los municipios. Ellos deben ser el 6% de la población. La brecha es muy brutal”, agregó.
Sobre nuevas tendencias, el académico plantea: “Es agregar tecnología a la seguridad. Drones, cámaras y lectores de patente. Esas son las tres grandes iniciativas que están creciendo en general”.
Sobre el alcance del estudio, Fuentes comenta: “En el estudio no evaluamos las iniciativas, solo las contabilizamos. Una alcaldesa nos comentaba que el problema es que en todo esto no tienen evaluaciones. Puedes poner cámaras y quizá no te sirven. Puede que sí te ayuden. Por lo menos en la percepción social ayuda, la gente pide la cámara”.
“No solamente tenemos que medir si hay cámaras. Hay que ver si hay gente mirando esas cámaras 24/7. Si las grabaciones son llevadas a tribunales. Si se comunica esa información a las autoridades. Tiene que ser un sistema integrado”, concluyó el académico.