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Por Equipo Futuro.cl
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En el que fue la jornada final del mítico festival inglés. La parrilla de artistas estuvo nuevamente más inclinada al pop, la electrónica, el R&B y el rap. Sin duda, son esos estilos de música los preferidos por los jóvenes, grupo demográfico predominante en Glastonbury.
Tomando en cuenta ese aspecto clave, se podría entender de mejor manera los lineups que va presentando cada año el festival y que tratan de ir a la par con lo que está aconteciendo actualmente en la industria musical.
Sin embargo, a pesar de la abrumadora presencia de esos géneros. Dentro del cartel de artistas hay excepciones que le dan un bienvenido respiro a aquellos que no siguen las tendencias o lo que está de moda.
En la edición de este año de Glastonbury, nombres como James o The National. Le dan un grado más de diversidad al cartel y aportan la cuota necesaria de música alternativa capaz de atrapar incluso a aquellos oyentes sin historia previa con esos grupos.
JAMES
A esta altura no hay mucho más que se puede agregar sobre la excepcional carrera de la banda británica, James. La calidad musical de los liderados por Tim Booth no resiste ningún cuestionamiento y así lo reflejan la innumerable cantidad de hits con los que cuenta la agrupación.
“Laid”, “Say Something”, “Getting Away With It (All Messed up)”, “She’s Star”, “Sit Down” y tantos otros temas que quedaron forjados en la biblioteca musical de los años 90. Varias de esas canciones alcanzaron el número #1 de los rankings ingleses y el grupo fue invitado cuatro veces al festival durante esa década.
Pero a diferencia de otras bandas. A James no le interesa vivir tanto del pasado y su setlist para Glastonbury estuvo mayormente marcado por las composiciones de su último trabajo de estudio, “Yummy”, editado este mismo año. Eso no significa que renegaron de sus canciones más conocidas, al contrario, abrieron su participación con el combo de “Sound” y “Come Home” para la algarabía del público asistente.
Luego de eso, fueron intercalando nuevo material con sus temas más clásicos. En un show perfectamente calibrado para agradar tanto a sus fanáticos como a ese nuevo público joven que por primera vez los veía en vivo.
El punto alto del set de los británicos ocurrió mientras tocaban la ya mencionada “Getting Away With It (All Messed Up)” y con Tim Booth en la barricada intercambiando voces con los espectadores. La complicidad con la audiencia era total a esa altura y así se lo dejaba saber el público a la banda con largas ovaciones.
Cuando una banda no necesita tocar, probablemente, dos de sus temas más conocidos (“Laid” y “Say Something”) y de igual manera entregan un show atrapante y carismático. Es que estás en presencia de algo más grande. Miran el pasado, pero siempre con un ojo en su propio presente.
THE NATIONAL EN GLASTONBURY
El desafío de los norteamericanos era grande. Por primera vez estaban de sub-headliners del festival más importante del mundo y eso significaba cerrar uno de los dos escenarios principales del evento, en este caso, The Other Stage.
Tampoco es que esas tarimas sean desconocidas para los liderados por Matt Berninger. Porque ya en el 2017 fueron el penúltimo acto que se subió al escenario principal del festival (Pyramid Stage) antes del cierre de esa noche por Foo Fighters.
Siete años después de esa actuación, la popularidad y el reconocimiento a la banda ha ido creciendo año tras año. Prueba de eso es el show que agendaron en el Madison Square Garden de Nueva York y que fue vendido completamente. Algo que se considera una especie de “graduación” en cuanto a la popularidad de los grupos en Norteamérica.
Con dos nuevos discos lanzados en 2023 y respaldos por la crítica especializada. La banda se paró en el escenario con un show que repasó lo mejor de su discografía y que contó con un eléctrico frontman. Subiendo y bajando del escenario, cantando en la barricada, escalando tarimas e incluso adentrándose bastante lejos en el público.
A la hora tocar “Fake Empire”, Berninger afirmaba que “esta canción es cada vez más apropiada (al momento político estadounidense). Es realmente deprimente”. Mientras que en “England” la dedicatoria fue de manera obvia a todo el público que se congregó en masa para verlos.
El show de The National cerrando un escenario principal no era sencillo, porque perfectamente les podría haber quedado grande. Pero la banda demostró que tiene las canciones y la calidad necesaria para un show de alto voltaje sin la necesidad de recurrir a nada extra a nivel visual. Al final, lo que siempre debería importar son las canciones y esas tienen de sobra.
Por Hernán Carrasco.