“Deadpool & Wolverine” cargaba desde el comienzo con un peso enorme sobre los hombros. ¿Cómo satisfacer tamaña expectativa de cameos? ¿De qué manera iba a funcionar una idea que más bien parecía un meme y un chiste eterno? ¿Acaso iba a salvar un género que ha tenido sobredosis de contenido en la última década? Al final, todo da lo mismo si la historia no tiene un corazón que la hace bombear. Y esta película lo tiene. Vaya que lo tiene. Tanto que lo que propone, en esencia, es una historia más bien pequeña, sin ambiciones y con foco en lo emotivo.
La tercera entrega del bocazas de Marvel tiene ese gore visual y lingüístico bienvenido de cualquier producto de clasificación R. Pero eso no la hace merecedora de elogios instantáneos. Para eso está la química entre los protagonistas. Y ahí vemos que el chiste tiene asidero. La vibra entre Ryan Reynolds y Hugh Jackman traspasa la pantalla desde el primer instante.
No sorprende que “Deadpool & Wolverine” funcione como una carta de amor a todo ese Marvel que vimos en películas de 20th Century Fox. Mal que mal, su imaginería se fue incorporando a nuestra memoria colectiva como un verdadero icono de la cultura pop. Esas cintas con las que se inauguró un nuevo siglo y que pavimentaron un camino que luego el MCU definiría para siempre en el ojo de las masas. Y que la compra de Disney tuvo con esperanzas a todos para ver a los mutantes en el Universo Cinematográfico de Marvel. Pero no se equivoquen. Acá los guiños a la nostalgia están a la orden del día y es mejor sorprenderse con ellos en la butaca del cine.
Es el Deadpool que Reynolds llevó a las grandes ligas el que se da un gusto con su incorpración al MCU. Los chistes están a la orden del día, con ese filo que permite la clasificación adulta, aunque a veces se corre el riesgo de que a la larga te vayan agotando un poco. O lo que es más preocupante: que se requiera un switch afectivo para abrazar la emtotividad que esconden estas 2 horas y 7 minutos de película. Pero hay para todos en la cinta número 34 de Marvel Studios. ¿Tanto tiempo ha pasado?
Y ciertamente, este capítulo no sería nada sin Hugh Jackman. Sí, el mismo que ya se había despedido de Wolverine con ese requiem llamado “Logan”. No era necesario volver a enfundar las garras. Pero el tono que le vemos acá es completamente diferente al que le conocimos en casi dos décadas en Fox. Y la sonrisa que le sacará a los aficionados del comic al verlo con ese traje amarillo en pantalla grande no la sacará nadie en un buen tiempo.
Solo queda prepararse, alejarse de los spoilers y disfrutar de un buen rato en la pantalla más grande que puedas encontrar. Acá la épica tiene un sabor diferente. Hay otras cosas en juego. Esas que tienen un corazón que traspasa cualquier saga.
“Deadpool & Wolverine” se estrena en cines de Chile este jueves 25 de julio.