La Subsecretaría de Prevención del Delito y el Instituto Nacional de Estadísticas dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), correspondiente al periodo entre enero y diciembre del 2023. Uno de los principales resultados es que 21,7 por ciento de los hogares del país señaló haber sido víctima de algún delito de mayor connotación social.
En Palabra Que es Noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron con Jorge Araya, ex director de Seguridad Pública del Ministerio del Interior en el primer gobierno de Michelle Bachelet.
Jorge Araya explica la cifra de percepción de inseguridad en el país, que es de un 87%: «Los niveles de inseguridad siguen siendo altos, y van a seguir siendo altos porque hay un país que está espantado, conmocionado por un nivel delitos que el país no estaba acostumbrado a ver».
Sobre la irrupción de estos delitos, Araya dice: «Ojalá que no nos acostumbremos, que no naturalicemos. Chile todavía tiene fortalezas que permiten que el país pueda ganar esta batalla».
Combate del delito
Acerca de la forma de combatir la delincuencia, Araya explica: «No significa que vas a hacer desaparecer el delito o el crimen organizado, pero sí vas a lograr que el Estado se imponga, y que sean pocos los lugares, poca la actividad delictual y pocas las luchas entre bandas, y reducir el fenómeno a un mínimo».
«Creo que el país tiene fortalezas. Las debilidades del país son que tenemos una estructura en el sistema de justicia criminal muy pequeña. Nos faltan policías, fiscales, cárceles. Pero sí tenemos instituciones serias, que tienen una estructura de funcionamiento y una cierta legitimidad en la población», dice sobre el funcionamiento de las instituciones nacionales.
«Hay que reforzar esas instituciones, rápidamente, meter muchos recursos, y lograríamos este triunfo para que el país no se acostumbre», agrega.
El experto explica las consecuencias de que el crimen se adentre en la estructura del país: «Si el crimen organizado fuera muy poderoso, y no tenemos capacidad para reaccionar, se empieza a corromper la sociedad, la política, las policías, y ahí estamos en un país ingobernable».