Nadie sabía que Jerry García estaba en una clínica de rehabilitación en Forest Knolls, California, en el verano de 1995. Ni Robert Hunter, su compañero de composición de toda la vida. Tampoco Dennis McNally, portavoz de Grateful Dead. Pero allí fue donde el icónico cantante y guitarrista moriría repentinamente el 9 de agosto. Los problemas de salud de García eran legendarios y su último concierto, celebrado el 9 de julio de 1995 en el Soldier Field de Chicago, fue decididamente irregular. Aun así, nadie lo sabía. «Dijo», dijo McNally al New York Daily News, «que se iba a Hawai».
Fue una semana después de que García cumpliera 53 años. Pero había desgastado mucho más su cuerpo que el de un hombre de mediana edad promedio. El consumo desenfrenado de drogas y un ataque de diabetes habían pasado factura. Dejando a García en coma en 1986 y obligándolo a cancelar una gira de 1992, alegando «agotamiento».
«Lo único que puedo decir es que, más o menos, el hecho de que Jerry fuera un drogadicto lo arruinó todo. Recuerdo una época en la que «drogadicto» era lo peor que García podía llamar a alguien. Despreciabas muchísimo a cualquiera que se metiera en eso. Pero, ¿qué vas a hacer cuando tienes un nivel tan alto como él? Tienes que entender que todo el peso de la escena de Grateful Dead recaía sobre los hombros de Jerry. Para apoyar a todas las familias y todo lo demás, así como las expectativas del público. Hubo momentos en los que lo abrumaba», dijo Hunter más tarde a la revista Rolling Stone.
Jerome John García, nacido en 1942 en el Mission District de San Francisco, tenía como padre y madre a músicos de jazz de salón y enfermeras, respectivamente. Durante su adolescencia, García empezó a rebelarse contra esa sólida educación de clase media. Luego escuchó a Chuck Berry y se enamoró lo suficiente del rock and roll como para seguir practicando la guitarra durante un período de nueve meses en el ejército a los 17 años.
En 1964, conoció a Bob Weir y formaron una banda precursora llamada Mother McCree’s Uptown Jug Champions. En los años siguientes, surgió la formación y el sonido inicial de Grateful Dead. Unos 30 años después, después de emerger como una de las figuras centrales de la cultura pop de los 60, Jerry García se convirtió en el cuarto miembro del grupo en fallecer, después de un trío de teclistas. Ron “Pigpen” McKernan murió en 1973 de una enfermedad hepática, Keith Godchaux lo siguió después de un accidente automovilístico en 1980 y Brent Mydland sufrió una sobredosis en 1990. El corazón de García simplemente se rindio.
Weir finalmente llevó a Grateful Dead de regreso a Soldier Field a tiempo para celebrar el 50 aniversario de la banda durante espectáculos consecutivos con entradas agotadas en julio de 2015. Pero se necesitaron dos estrellas invitadas, Trey Anastasio y Bruce Hornsby de Phish, para reemplazar a García.