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«Stand by Me»: a 38 años de un relato sublime sobre la amistad

En agosto de 1986 se estrenó la tercera película de Rob Reiner, basada en un cuento de Stephen King y un clásico absoluto de los 80.

Hector Muñoz |

Stand By Me Web

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Tengo muy grabado en mi memoria cuando vi por primera vez «Stand by Me». Fue un sábado 27 de octubre de 1990, después de arrendar por enésima vez «Los Cazafantasmas» (que para ese momento ya la había visto una docena de veces), y creo que nadie me la recomendó. Me llamó la atención su portada de cuatro niños caminando en medio de la nada. Con el amanecer a cuestas, la misma que ven acá en el encabezado. Parecían buscando algo, una cosa que de seguro no sabían lo que realmente significaba. Un camino que recorrían juntos, sin importar qué encontrarían, solo por el hecho de caminarlo los cuatro juntos.

La película se llamó «Cuenta Conmigo» en Hispanoamérica. Y era una no tan sencilla historia de, precisamente, búsqueda. La puse en el VHS Crown de 2 cabezales que teníamos hace un año y medio y por los siguientes 90 minutos, el mundo se detuvo frente a esa tele Philips Trendset, que emitía unas imágenes poderosas, preciosas. Años después, sabría que era una fotografía de lujo, pero para esa primera vez de ver la película, no importaba nada. Lo que importaba era la historia.

Cuatro prepúbers de 12 años del pueblo Castle Rock, en el verano de 1959, deciden ir de excursión un fin de semana para encontrar el cuerpo de un chico de su misma edad, llamado Ray Brower, que llevaba perdido mucho tiempo y del que ya se pensaba que podía haber sido arrollado por un tren. En un comienzo, los cuatro amigos del colegio van buscando a este Brower extraviado/muerto por una recompensa. Imagínense: ofrecen recompensa por su paradero, salidas en los medios locales, notoriedad que deslumbra a cualquiera en esa edad. Parece divertido, pero no lo es.

Cada uno de ellos carga con su propia historia. A Gordie Lachance (Will Weathon, quien va narrando la historia años después en la voz de Richard Dreyfuss) se le da fácil el contar historias y crear mundos para entretener a sus amigos. A Chris (River Phoenix, de quien no pudimos ver el desarrollo de su gran talento por su muerte en 1993), la vida se le ha hecho dura por la mala ama de su familia: todos conflictivos, y por él no dan ni un peso. Para Teddy Duchamp (Corey Feldman, delirante acá), su vida está marcada por un padre veterano de guerra que lo violenta y que le forma una locura inusual para su edad. Y para Vern Tessio (un pre puber Jerry O’Connell), la histeria está a la orden del día, también su torpeza.

Estos amigos de la escuela saben que no estarán juntos para siempre. Mientras que Gordie irá a la secundaria, el resto tomará esos cursos técnicos que no conducen a ningún lado salvo que a seguir viviendo en el pueblito de Castle Rock. Pero no dejan que ese tema, si se quiere de adultos, los distraiga. Para ellos, solo existe el rock and roll como banda sonora, las historietas y Mickey Mouse en el cine. Ah, y también fumar juntos. Y cuidarse las espaldas, pelear y reconciliarse. Distraerse y confesarse cosas heavy de sus vidas.

Caminando a pleno campo, van dejando la inocencia. Ya nada es un juego: es fuerte, vana a encontrarse con un muerto. Definitivamente, están dando los primeros pasos para convertirse en futuros hombres, en adolescentes que se ilusionarán con un Estados Unidos próspero, que protestarán por la guerra y que serán de seguro activistas de alguna u otra forma. Es la generación que se tomará el desarrollo sociocultural de una y que jamás soltarán.

La película la dirigió uno de los que sabe contar buenos historias en cámara, el gran Rob Reiner, autor de cosas tan disímiles como «This Is Spinal Tap», «When Harry Met Sally» y «A Few Good Men» y esa joya llamada «The Princess Bride». Tremenda racha, si lo pensamos. «Stand by Me» está basada en un cuento de Stephen King llamado «The Body». Fue tan emotiva la adaptación a la pantalla grande, que King dijo que por fin una historia suya tenía un tratamiento justo en el cine. Y Stephen King es de los secos, no hay duda.

La banda sonora de «Stand By Me» es alucinante, y te puede emocionar tanto como verla. Llena de canciones de fines de los 50, por tus oídos desfilarán clásicos imbatibles que me gustaba acarrear en mi reproductor de MP3. Buddy Holly con la bellísima «Everyday», «Come Go With Me» de The Del Vikings (la que John le cambiaba la letra el día que conoció a Paul), la «Lolypop» de The Chordettes y, por supuesto, al que le da título a la película, escrita e interpretada por Ben E. King, uno de esos negros de gran voz que escribió esta canción para los Drifters, y ellos ni la quisieron grabar. Algunos no tienen visión de futuro, ¿cierto? Hasta Lennon la grabó en una soberbia versión.

Pero, de todo eso que les conté recién, yo no tenía idea. En esa primera vez que la vi, un sábado cerrando el mes de octubre. Y no lo podía creer. Reí mucho, y también me pegué unos lagrimones de niño de 9 años. Y cada vez que la veo y vuelvo a ver, siento eso mismo.

Y todo eso se resume en una frase que el narrador dice al final: “los amigos son como los meseros que entran y salen por la puerta de la vida”. ¿Será cierto? Los amigos se cuentan con los dedos de la mano. Y no hay ninguna red social que cambie esto.

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