Blink-182 hizo historia este 2023 presentándose por primera vez en suelo sudamericano, pero como bien saben muchos, esto en parte no hubiese sido posible sin la lucha de Travis Barker contra el miedo a volar. Una batalla que, tal como ya podíamos suponer, el baterista al parecer ha ganado.
El hecho lo ha «oficializado» el propio Barker, y de un especial modo: ha puesto a la venta la tarjeta de embarque de su visita a México en 2021, la primera vez que se subió a un avión en más de una década.
Compartido por el Daily Mail, se detalla que el trozo de papel hoy puede ser adquirido por 8.000 dólares (6.220 en el sitio de subastas Trophy). Sin embargo, al contrario de ser un mero aprovechamiento, parte de la recaudación se destinará a la organización benéfica Lost But Not Forgotten, que ayuda a adolescentes en crisis.
Travis Barker y su fobia hay que recordar que se remontan a 2008, cuando el músico iba en un avión privado al que sobrevivió. No obstante, lamentablemete cobró la vida de cuatro personas, entre ellas dos de sus mejores amigos.
Hoy, el californiano pone a disposición el histórico ticket que acabó con esa racha de 13 años: «Sé que tengo ángeles que velan por mí», se ve escrito en él junto a una cruz..
En ese sentido, el sitio web oficial de la venta describe: «Esta rarísima tarjeta de embarque comercial no es sólo un recuerdo musical, es una verdadera pieza del propio Travis, con una nota manuscrita original y un dibujo en cruz».
Travis Barker deja atrás el miedo a volar
¿Pero cómo llegó a reponerse a esto el mítico integrante de Blink? Barker señala que la ayuda vino en gran parte de su actual esposa, Kourtney Kardashian.
«Creo que el poder del amor realmente me ayudó», sostuvo en noviembre pasado. «Kourt hizo que yo volara, que mis hijos volaran ahora. Ella nos curó».
Pese a eso, tampoco hay que pensar que subirse a un avión actualmente le resulta fácil: «Me quita un trocito de mi vida cada vez que vuelo», explicó. «La cantidad de estrés y ansiedad que provoca es insoportable».
«Me trae a la memoria viejos traumas y a veces me pregunto si vale la pena. Pero tampoco me gusta que nada me controle: no me gusta tener miedo y no me gusta que cosas de mi pasado controlen mi futuro».