Luego de casi 10 años, el regreso a la música de David Gilmour con su nuevo álbum, «Luck and Strange», sacudió a los fanáticos del mundo entero. El proyecto salió a la luz el pasado 06 de septiembre y es el quinto álbum de estudio en solitario del legendario ex guitarrista de Pink Floyd.
Sin embargo, Gilmour estaba considerando productores para su quinto álbum en solitario, un nombre famoso le vino a la mente.
«Habíamos pensado en Rick Rubin», reveló el músico de 78 años durante una aparición en el podcast The Rockonteurs, y agregó que también se habló de «varias otras personas que han estado en el grupo durante bastante tiempo».
Rubin, por supuesto, tiene un currículum que incluye a algunos de los nombres más importantes de la historia del rock. Slayer, Red Hot Chili Peppers, Metallica y Black Sabbath son algunos de ellos.
Una mirada más joven
Sin embargo, Gilmour finalmente decidió que quería ir en una dirección diferente y, en su lugar, contrató a una joven estrella en ascenso que pudiera ofrecer una perspectiva fresca.
«A mi encantadora esposa, Polly, se le ocurrió la idea de buscar a alguien más joven y atractivo en el mundo de la producción», explicó. Polly fue una colaboradora clave en el proyecto del legendario músico. «Luck and Strange» incluye pistas escritas por Gilmour y su esposa Polly, como lo es el primer sencillo revelado del álbum, «Dark and Velvet Nights».
Esa idea lo llevó a Charlie Andrew, más conocido por su trabajo con los grupos de indie rock británicos Alt-J, Wolf Alice y London Grammar.
«Había algo nuevo en esos discos que realmente me atraía», continuó Gilmour, añadiendo que inicialmente se puso en contacto con Andrew a través de Instagram. «Vino y escuchó la formación inicial de los demos. Algunos de los cuales no eran tan tempranos, pero ciertamente estaban inacabados. Y me hizo algunas preguntas pertinentes y luego dijo que le encantaría trabajar».
Estilísticamente, el rockero señala que Andrew pudo ayudarlo a capturar «algo diferente» de lo que habrían hecho productores anteriores.
«Hay menos pureza cristalina», explicó. «Y la cohesión de todo el álbum me parece bastante extraordinaria. Han juntado todos esos sonidos y cada tema se conecta de una manera determinada. Es un sonido diferente. No creo que sea menos brillante ni menos puro», agregó Gilmour.
Para David Gilmour, este nuevo álbum es su proyecto «más satisfactorio» desde el emblemático «The Dark Side of the Moon» de Pink Floyd.