Un 27 de febrero de 1997 mientras Deep Purple sonaba por primera vez en tierras nacionales, una torre de iluminación cayó sobre el público del Estadio Santa Laura dejando 44 heridos. Alrededor de 40 minutos estuvo detenido el concierto en una accidentada primera vez de la legendaria banda de rock que luego selló de buena manera su vínculo con este país con exitosos shows en los años entrantes.
Hagamos el ejercicio de avanzar en el tiempo hasta llegar al mismo mes pero del año 2008. Journey debutaba en el Festival de Viña del Mar y con la primera vez del filipino Arnel Pineda encargado de la voz principal en la agrupación. No hubo accidentes de por medio, pero Chile entró en la historia reciente del grupo en la inauguración del vocalista que se mantiene hasta el día de hoy.
Ambas bandas que cuentan con un nexo con Chile, se reencontraban con el público local en un show en conjunto el pasado 17 de septiembre en el recinto de la comuna de Independencia.
Deep Purple y Journey en Chile 2024
La apertura de la jornada la marcó la clásica agrupación chilena Aleste que en poco más de media hora, entregó dinamismo y un show perfecto para calentar motores para lo que venía en la tarde previa a Fiestas Patrias.
A las 19:00 horas saltó al escenario Deep Purple con una exhibición que no dejó ninguna duda de la leyenda que son. Con un setlist que apostó por canciones de su último disco y tremendos clásicos en una decisión que dejó a los asistentes más que conformes.
Sumado a un sonido impecable, el comienzo con «Highway Star», «Hush», «Lazy» y «Black Night» fueron los puntos altos de una agrupación que crea atmósferas y momentos únicos.
A las 21:00 horas, el cierre lo dio Journey con una luna llena que fue una observadora más de la presentación. En dos horas de show, pasaron por tracks desconocidos para la masividad y singles que quedaron en la cultura popular como «Lights», «Open Arms», «Don’t Stop Believin» entre otras, entregándole al público lo que quería.
Algunos problemas de sonido y ciertas desafinaciones de Arnel Pineda no empañaron en nada la sensación de las casi 40 mil personas que vieron una gran muestra de rock para las masas. Queda la esperanza de seguir viendo a Deep Purple y Journey en Chile que se disfrutó como si fuera la última vez.