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El salvaje año en que el trash metal se convirtió en un fenómeno global

Corrían los años 80 en el hemisferio norte y leyendas como Metallica, Exodus y Slayer lograron cambiar la escena del metal para siempre.

Metallica 1984

Era el año 1983 cuando el movimiento salvaje del trash metal estaba empezando a hacerse notar en la escena del metal underground.

Ese año, Metallica lanzó su álbum debut «Kill ‘Em All» en julio. Exodus estaba causando caos en los clubes. En la costa del Pacífico, Dave Mustaine, el hombre al que Kirk reemplazó en Metallica, estaba haciendo despegar a Megadeth y planeando su venganza contra sus ex compañeros de banda, mientras que Slayer, lanzó su álbum debut, «Show No Mercy», a fines de año.

En Nueva York, los nacientes Anthrax se sumaron, lanzando su sencillo debut, «Soldiers Of Metal».

1984: El año que marcó al trash metal para siempre

No obstante, fue en 1984 cuando el movimiento explotó definitivamente y se hayó un hueco en la escena para siempre. Marcado también por lanzamientos emblemáticos como el álbum debut de Anthrax, «Fistful Of Metal».

«Jonny era un tipo grande, tenía barba, era muy descarado y no le importaba lo que pensaran los demás de él. Eso era lo que necesitábamos en aquel entonces», dice Scott Ian, guitarrista de Anthrax. Y agregó: «‘Fistful Of Metal’ salió en enero de 1984 con poco o ningún marketing detrás. No había dinero para poner anuncios en revistas. Fue el boca a boca, Jonny golpeando las puertas de las revistas, llamando a las estaciones de radio».

A esto se sumó «Haunting The Chapel» de Slayer. Y por encima de todo esto estaba «Ride The Lightning» de Metallica, el álbum que cambiaría las reglas del juego para todos.

El auge entre las grandes promesas del trash

Encabezado por Metallica y Exodus en el Área de la Bahía, Slayer, Hirax, Dark Angel y Megadeth en Los Ángeles, y Anthrax en Nueva York, este movimiento floreciente, bautizado como «thrash metal» por el periodista británico Malcolm Dome en una reseña de «Fistful Of Metal», estaba creciendo y tomando forma.

Las nuevas promesas del trash ya se sentían dentro de una escena, en un fenómeno sudoroso y agresivo que estaba moviendo masas.

Aún así, se encontraban constantemente en una competición por ser los mejores. «Slayer era bastante duro, ni siquiera se llevaban bien con Metallica», dice el líder de Hirax, Katon W. De Pena.

El ídolo Lars Ulrich de Metallica, dice que «Competíamos, pero no de forma negativa. Queríamos ser los mejores, los más pesados, los más rápidos. Así que nuestros rivales eran cualquier banda que nos abriera un concierto». Katon opina que la competencia entre las bandas «fortaleció la escena».

«Solo queríamos tocar en nuestros shows y hacer lo nuestro. Simplemente íbamos a beber y esnifar y a arrasar sin importar lo que pasara. Estábamos locos», agregó Katon.

«Comportamiento animal, gente golpeándose entre sí»

Fueron 12 meses de masacre y caos en los clubes. Recintos como L’Amour en Brooklyn, The Country Club en Los Ángeles y el Ruthie’s Inn de Berkeley se convirtieron en el patio de recreo de los artistas.

Gary Holt recuerda que Exodus fue la primera banda contratada para tocar en Ruthie’s, que se convirtió en el hogar de la banda y Metallica con una intensa multitud.

«Era una masacre. Era el salvaje oeste. La gente bebía siendo menor de edad. Estaba lleno, hacía mucho calor, se sudaba mucho, todo el mundo demostraba lo metaleros que eran al seguir vistiendo sus vaqueros y su cuero», recuerda Kane.

Holt también describió la multitud de Ruthie’s como un «comportamiento animal, gente golpeándose entre sí, saltos desde el escenario desde lo alto del sistema de sonido. A menudo había peleas en el escenario, con un tipo a un lado mío y otro tipo al otro lado, puñetazos volando delante y detrás de mí, y yo me movía y esquivaba, simplemente seguía tocando».

El mítico guitarrista de la Bahía de San Francisco sabe que del 83 al 85 fueron los años decisivos del trash metal. «Estábamos aprendiendo, creciendo, creando algo».

«Todavía no eran Maiden ni Judas Priest ni Ozzy. Pero teníamos confianza y estábamos fuertes y pensamos que todo el mundo tenía que escucharnos», agregó Scott Ian.

Katon sentenció: «1984 fue el año más importante, fue la chispa que desencadenó todo. En 1985, estaba en llamas».


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