Cifras recientes indican que el Plan de Emergencia Habitacional del Gobierno presenta un déficit de 25 mil viviendas en comparación con lo planificado.
En Palabra Que es Noticia, Antonio Quinteros y Andrea Moletto conversaron con Carlos Marambio, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales y ex jefe de la División de Política Habitacional del Ministerio de Vivienda.
“El déficit habitacional es de 650 mil viviendas”, comenzó comentando Marambio. El gobierno busca cubrir el 40% del déficit habitacional, lo que implica construir 260 mil viviendas, según los objetivos de la actual administración. Lo anterior a través del “Plan de Emergencia Habitacional”.
“Estamos lejos todavía del ritmo que necesitamos para alcanzar la meta”, respondió el director respecto a las estimaciones sobre si el gobierno logrará construir las viviendas que se comprometieron al inicio de la administración. Agregó que “el ritmo que hemos visto hasta ahora ha estado muy lento por distintas razones”.
«Estamos mucho más bajos que la meta propuesta”, recalcó Marambio sobre el objetivo propuesto por el gobierno. En cuanto a números, el director aseguró que “según el ritmo actual, el gobierno llegaría a construir unas 200 mil viviendas”.
“Hay que acelerar y poner un plan de reimpulso de la vivienda social”, aseguró.
Crisis habitacional
Marambio comentó que son varias las razones que han afectado a la construcción de viviendas. El director enfatizó en que las demoras en la construcción no son netamente por “problemas de gestión”. “Estamos en una de las peores crisis habitacionales de los últimos 30 años”, sostuvo, agregando que dicha situación ha tenido “efectos en las viviendas sociales y en el desarrollo de estas”.
Respecto a la situación inmobiliaria también comentó que “no hay un cruce entre la oferta y la demanda que dispone la ciudad”, debido a la existencia de departamentos disponibles para venderse, pero sin que las personas puedan acceder a estos, por diversas razones, entre ellas no disponer de recursos suficientes.
“En el caso del programa integración social, necesitamos la participación de la banca, del mundo privado y del mundo inmobiliario”, comentó. El director concluyó que “no basta solo con que el ministerio quiera construir las viviendas de integración social, hay que traer al financiamiento”.