Álvaro Henríquez arribó a la escena local para nutrirla de elementos que el Canto Nuevo intentó hacia finales de los 70 y principios de los 80, de forma muy somnolienta aún.
Y el «Jefe de jefes» se la jugó por algo un poco más directo. Sin tantas vueltas y con sonido de rockabilly de fondo que irrumpió en los 90 de la democracia custodiada. La del pop de pelos enlacados y de ‘Sábado Taquilla’. Ahí donde avisaban (esa fue su primera vez) al mundo de lo que se traían entre manos. La música de Los Tres y las canciones de Álvaro Henríquez estaban destinadas a lo más grande. Para ser parte del catálogo de la música local.
Poesía, historias reales y metáforas que se acercaban a lo real. Eso nos entrega en su obra. «Fue una sobredosis de plomo, flamante tesoro» en la búsqueda de un aval mentiroso, buscado y escondido. Todo muy noventero. En ‘Déjate Caer’ abordó la muerte y el suicidio de una forma sutil y que sólo la música de sus camaradas pudieron estar a esa altura. «La boca bien cerrada, amárrate los pies, piensa en tu madre y déjate caer».
Sus canciones desde el amor y baladas se han transformado en grandes declaraciones transgeneracionales. «Cuando por primera vez te vi, supe que el cielo era para ti y para mí y para ti». En el 2000 decidió enterrar la historia de Los Tres (por un rato al menos). Y se largó desde el homenaje a su madre para escribir y sonar como él quería. Se jugó su primera carta en el folclore con la tonada dedicada a su padre «Fidel» y de ahí la lista no es menor y siempre de alta calidad.
No importa el tiempo, la década o el siglo que pase, aunque esté en remate. Siempre habrá espacio para una buena canción de Álvaro Henríquez, para protestar, pensar o enamorar.
En Futuro te presentamos nuestra selección de los 20 clásicos esenciales de Álvaro Henríquez, festejando su cumpleaños 55.