En Palabra Que es Noticia, Antonio Quinteros y Andrea Moletto conversaron con Sergio del Molino, periodista y ensayista español, para comentar las aristas de su nuevo libro, con el que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2024.
El origen de la historia
Del Molino comentó cómo partió la idea de su nueva novela “es una historia que descubrí hace mucho tiempo por casualidad revisando unos papeles viejos”. y cayó en mis manos unas resmas de propaganda nazi, impresa por el partido nazi pero en mi ciudad, en Zaragosa”.
“Yo no sabía que había habido una sede del Partido Nazi en mi en mi ciudad, en el año 1944. Empecé a investigar, empecé a indagar por qué se había impreso esa propaganda y para quién iba dirigida. Y ahí apareció la expresión «los alemanes del Camerún”, apareció por primera vez, hablando con historiadores”, agregó.
“Esta historia la conté en Crónicas hace 15 años y es la base de esta novela”, comentó el periodista.
El concepto de familia
La novela abarca el mundo familiar y en esa línea, el autor expresó que el libro apunta a “una familia que se desmorona. Una familia que se va resquebrajando por todas partes. Estamos asistiendo a los últimos momentos de un mundo que desaparece, que es el mundo que representa esta familia. En buena medida el mundo de las familias tradicionales también se está desmoronando”.
“Estamos viendo una de las cosas más importantes que ha pasado en Occidente en el siglo XX, que ha sido la desaparición de la familia como una institución fundamental que mantiene a sus miembros unidos se quieran o no”, señaló Del Molino.
“Las familias después de la revolución del 68 y de todo lo que pasó en el en el siglo XX son comunidades de afectos selectivos”, aseguró.
Sobre la familia expuesta en la novela, el escritor señala que “esta es una familia de gente que no quiere a su padre”.
“Cuando hablamos de dramas familiares, incluso en la literatura, ya se habla de la familia como un elemento fustigador, opresor, que anula al individuo. Al contrario, es el espacio donde el individuo puede desarrollarse”, señaló.
“Los padres te configuran”
Sergio del Molino cuenta que uno de los personajes se cuestiona “por qué lo que ha hecho mi padre o lo que ha hecho mi abuelo me tiene que afectar a mí”.
“No es cuestión de que tú tengas que ser responsable de lo que han hecho tus padres. Lo que han hecho tus padres te configura, te interpela. Cuando tú piensas sobre ti mismo y quién eres, resulta que algunas de las cosas de las que tú no estás orgulloso y no apruebas de tus padres, son las que más te han influido”, complementó.
Conexión del fascismo de los años 20 con la derecha extrema actual
Del Molino apuntó que “una de mis preocupaciones fundamentales es esa emergencia de esas nuevas extrema derecha. Que parece que está muy emparentada con los fascismos de entreguerras. En el libro aparece como argumento porque es una preocupación mía”.
“Lo que intento en el libro, es buscar una conexión sobre personajes que vinculan los fascismos históricos de los años 20-30. Y el nazismo en concreto, con estas expresiones de extrema derecha que vemos hoy”, agregó.
“Yo creo que son fenómenos nuevos los de hoy pero sí que es verdad que se alimentan de esa retórica”, aseguró.
Del Molino apunta que los partidos de extrema derecha “empezaban siendo movimientos que hablan mucho de libertad, la mayoría de los nombres de los partidos tienen la palabra libertad, la palabra democracia y ahora ya están olvidándose de la libertad y la democracia y están volviendo a la esvástica. Es algo tremendo conforme van cogiendo fuerza, como si se fueran quitando la careta”.
“La democracia no se ha sabido defender”
Frente a la manera en la que Sergio del Molino visualiza el mundo actual, plantea que “yo creo que vamos a un sitio muy oscuro. Ahora estamos en un sitio gris y vamos a un sitio oscuro. Fundamentalmente todo se resume en una enorme crisis de legitimidad de la democracia”.
“Hay una parte creciente de la población en todos los países que está dejando de creer en la autoridad de la democracia y está abrazando movimientos políticos muy inconsistentes, muy agresivos, muy radicales. Lo que tienen en común es que no creen que la democracia pueda aportar soluciones a sus problemas”, aseguró.
“Mucha gente que se siente desplazada tienen que recurrir a modelos autoritarios y a otras cuestiones que están fuera de la democracia y la democracia no se ha sabido defender”, aseveró.
Sobre la idea de que las personas cuestionan el funcionamiento de la democracia, el escritor señaló que “a lo mejor le pedimos a la democracia cosas que no puede dar”.
“Somos demasiado ingenuos a veces y queremos que las cosas cambien ya. Los cambios sociales requieren tiempo, requieren un cambio generacional, requieren reformas”, aseguró.