A falta de sólo un día para un nuevo concierto de Meshuggah en Chile, este martes 22 de octubre en el Teatro Caupolicán (con entradas en Puntoticket), el baterista Tomas Haake visitó Radio Futuro para conversar en el programa Rock Shop sobre algunos aspectos del presente de la banda y otros temas relacionados.
Entre otras cosas, contó que notaron la energía especial del público local “desde la primera vez que vinimos aquí en 2013 y tocamos en el mismo recinto, Teatro Caupolicán. Sabíamos que probablemente iba a ser bueno, pero no sabíamos que iba a ser tan bueno”.
Esta vez vienen con su último disco “Immutable” de 2023, que en sus palabras los tiene muy contentos: “Sí, definitivamente, en cuanto al material del álbum, tal vez la producción podría haber sido un poco más clara, pero está bien. Era algo que queríamos hacer un poco diferente esta vez. Tal vez nos fuimos un poco lejos al otro lado, pero estamos muy contentos con el material, y al final del día, eso es lo más importante”.
Evolución
También reflexionó sobre la evolución que ha tenido la banda: “Ya son casi 40 años. Empezamos en los 80 y cualquiera que nos ha seguido desde el inicio, obviamente notó que en ese tiempo estábamos influenciados por el thrash de la época, como Metallica y Anthrax. En nuestro primer lanzamiento todavía había influencias muy audibles de las bandas con las que crecimos. Pero creo que con cada álbum dimos un paso adelante para crear nuestro propio camino y nuestro propio sonido. A este punto nos sentimos como si fuéramos nuestra propia unidad, que hacemos nuestra propia cosa, que suena diferente de las otras bandas. Y cualquier tipo de influencia ajena en nuestra banda, espero que ya no esté ahí”.
Y se refirió a la idea de ir más allá de los límites, algo que ha caracterizado su carrera: “Hay límites, por supuesto. Para nosotros también, porque aunque no creo que estemos atrapados en lo que podamos hacer, de todos modos establecemos algún tipo de fronteras para nosotros mismos y definitivamente tenemos un marco de trabajo dentro del cual nos queremos mantener. No queremos hacer algo tan loco que nos saque del metal o lo lleve demasiado a un espacio que no nos corresponde. Entonces tenemos un marco de trabajo y algunas limitaciones, pero al final del día, cuando nos sentamos y empezamos a escribir música, creo que no las sentimos, porque estamos todos trabajando hacia el mismo objetivo y en el sentido de lo que queremos que la banda suene”.
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