Se encendieron las alertas en la industria del cine, debido al complejo estado de salud que atraviesa uno de sus más icónicos referentes. Nos referimos a David Lynch, quien ha sufrido finalmente las condiciones de una larga adicción al cigarro.
La mente detrás de proyectos como la serie Twin Peaks y clásicas películas como Blue Velvet o Mulholland Drive fue diagnosticado en 2020 con la afección pulmonar conocida como enfisema, que lo obligó a dejar de fumar ya que le advirtieron que podía morir en una semana si no lo hacía; sin embargo, de todos modos fue tarde para evitar otras consecuencias.
El enfisema de Lynch
En una nueva conversación con la revista PEOPLE, Lynch compartió una actualización sobre su condición, revelando que necesita oxígeno adicional si hace algo extenuante, aunque confiesa que incluso una caminata a través de una habitación podría dejarlo sin aliento. No obstante, trata de llevar todo con la mejor de las actitudes.
“Tengo una actitud positiva centrada en la curación del cuerpo. Es difícil vivir con enfisema. Apenas puedo caminar por una habitación. Es como si estuvieras caminando con una bolsa de plástico alrededor de la cabeza”, describió el cineasta de 78 años.
Así, la enfermedad, que lo hace más vulnerable a otras enfermedades respiratorias, lo mantiene básicamente confinado en casa: “Nunca me gustó mucho salir antes, así que es una buena excusa”, bromea Lynch. De todos modos sufre al no poder pasar el tiempo en un set de filmación.
“Me encanta estar ahí mismo, poder susurrarle a la gente”, le comentó al reconocido medio de comunicación, aunque les mencionó que estaría abierto a intentar dirigir de forma remota en el futuro.
A pesar de que su condición fue “un precio muy alto a pagar”, David Lynch enfatizó: “No me arrepiento. Fue importante para mí. Deseo lo que todo adicto desea: que lo que amamos sea bueno para nosotros. Nunca pensé que fuera una forma de glorificarlo. Era parte de la vida. Algunos personajes eran fumadores, como en la vida real”.
Aunque no se lamenta por sus acciones, Lynch sí espera que otros fumadores puedan tomar su situación como ejemplo: “Realmente quería transmitirles esto: piénsenlo. Pueden dejar estas cosas que los van a matar. Se lo debo a ellos –y a mí mismo–”.