Fotos: Rubén Gárate (@brutal_pebre_)
Una anomalía que probablemente no se vuelva a repetir fue la que se vivió el fin de semana en Santiago, con una serie de conciertos de bandas internacionales de metal dando shows en distintos puntos de la ciudad al mismo tiempo, como nunca antes se había visto. La historia ya la conocen: la cancelación del festival CL Rock produjo un efecto de bomba de racimo del que salieron varios shows de los grupos que venían el encuentro y es así como el mismo domingo estaban el Fatal Prediction Fest en el Cariola, Katatonia con Samael en la Blondie e Hypocrisy con más bandas en la Sala Metrónomo. Fuimos a dar al Fatal Prediction, que al menos en cuanto a números era el que ofrecía más bandas.
Unleashed, Enslaved, Ne Obliviscaris, Asphyx, Watain y los nacionales We Are The Monster fueron los convocados. Partieron estos últimos, poniéndole ganas a un enérgico show en que mostraron su metal con toques modernos y recibiendo el apoyo de los primeros asistentes, que a esas alturas ya casi ocupaban un cuarto de la capacidad, bastante bien para ser el show de arranque y ser tan temprano (alrededor de las 16:00 hrs). Por lo general a las bandas que están en esa posición las ve muy poca gente, así que bien por el apoyo al único crédito nacional en el cartel.
Ya que hablamos de capacidad, el Cariola ya estaba casi lleno para cuando salieron los suecos Watain… bueno, en su mayoría suecos, porque ahí está nuestro compatriota Alvaro Lillo en el bajo, un soldado del lado oscuro. El show y la puesta en escena es un verdadero ritual que complementa el repertorio aplastante del grupo, black metal de alto nivel que poseyó al público desde el primer minuto.
Death… the brutal way
El fuego que prendió Watain en el escenario aportó su grano de arena a la temperatura infernal que a esas alturas ya se sentía en el Cariola y no abandonaría el lugar hasta el cierre. Los siguientes fueron los neerlandeses Asphyx, leyenda viviente del death metal de la vieja escuela, basaron su set en los temas más chacales de su historia, desde los de su debut “The rack” de 1991 hasta su más reciente producción “Necroceros”, comandados por la voz de Martin Van Drunen y estimulados por la febril respuesta del público, que se destripó vociferando temas como “Deathhammer” o “Death the brutal way”. Lo de Asphyx estuvo entre lo más alto de la jornada, una presentación mágica y catártica.
El toque progresivo
Lo siguiente fue el debut en suelo nacional de los australianos Ne Obliviscaris, que venían con buena expectativa por los asombrosos discos que han sacado últimamente, un metal progresivo extremo que ha llamado mucho la atención. Si bien su propuesta a dos voces (una gutural y otra limpia) y el uso de un instrumento poco tradicional en el metal como el violín (!), así como lo intrincado de sus composiciones, lo hacían contrastar con el resto de las bandas del cartel, de fórmula mucho más directa y chacal, se la jugaron por convencer y dejaron una buena impresión. Bien por el público que se dio tiempo para escucharlos y apreciar lo que querían hacer. El baterista, un monstruo. Tal vez el mejor de todo el Fest.
Todavía quedaba música y sudor por delante. El espíritu vikingo se hizo presente con Enslaved y la excelencia que los caracteriza. Repasaron canciones desde sus inicios en 1994 hasta su último álbum, con un sonido que fue de menos a más y terminó bastante bien, para los que estaban en cancha eso sí, porque en la parte de arriba no llegaba muy bien. De todos modos fue un gran show, de verdadera esencia nórdica y sin nadie “remando” (qué bueno).
El cierre
Faltaba el broche de oro, los otros guerreros vikingos de la noche, los suecos Unleashed, de vuelta en nuestro país después de muchos y convocados a poner la guinda de la torta a un día que ya era inolvidable. Johnny Hedlund y compañia descargaron un set totalmente carnaza, partiendo con “To Asgard we fly” y prosiguiendo con otros trallazos que exprimieron la energía que le iba quedando al público que resistía aún después de más de 7 horas de sauna. Himnos como “Into glory ride”, “Hammer batallion”, “Death metal victory” y “Before the creation of time” se sucedieron para dar el cierre al encuentro y dejar a la gente cansada y sopeada, pero con la sonrisa de oreja a oreja porque tuvimos lo que fuimos a buscar: parte del mejor metal del mundo y la satisfacción de haber visto a estas bandas pese al trago amargo de la cancelación del evento mayor.
Hay que recordar que este show y todos los otros provenientes del CL Rock fueron organizados de emergencia, en poco más de una semana, y resultaron todos de la mejor manera posible gracias a las productoras que los sacaron adelante. En el caso del Fatal Prediction Fest, encomiable el trabajo del equipo técnico en el escenario que dejaba todo listo entre banda y banda en tiempo récord, con lo que se cumplieron todos los horarios planificados.
Algunas cosas a mejorar para más adelante: pongan ventilación en el Cariola y mejor sonido para la parte de arriba, por favor.
El resto, aprobado con nota más que positiva. Como cantaba Unleashed, fue una victoria, pero no sólo del death metal, sino de todo el metal en general, que se sobrepuso a los problemas y tuvo su fiesta para este público que se merece lo mejor.