Tenemos más detalles del incidente. El ex guitarrista de Ozzy Osbourne, Jake E. Lee, sacó a pasear a su perro durante la noche del domingo 20 de octubre pasado, cuando se cruzó con un grupo de ladrones. El encuentro lo llevó a resultar herido a 16 kilómetro del Strip de Las Vegas. Posteriormente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos del Sunrise Hospital & Medical Center.
Anteriormente, el músico comentó que ya se encontraba de vuelta en su hogar para continuar con su recuperación. Sin embargo y en esta ocasión, entregó más detalles del preocupante evento que amenazó su vida.
Los detalles de Jake E. Lee sobre tiroteo en Las Vegas
El guitarrista de 67 años usó sus redes sociales para comunicarse con sus fanáticos, el pasado jueves 28 de noviembre. En sus publicaciones, menciona que «he estado debatiendo sobre hablar públicamente de recibir un disparo y he decidido que probablemente sería bueno para mí. Es algo terapéutico y, al documentarlo, puedo dejarlo atrás más fácilmente. Y puede que algunas partes te resulten interesantes. Al principio me parecía demasiado desalentador, pero luego me di cuenta de que podía hacerlo por partes».
De esta manera, Jake E. Lee expone que «estábamos a unos 15 metros de distancia cuando oí los disparos. Rápidamente me di cuenta de que no me estaba apuntando a mí. Estaba apuntando a mi perro. Le tiré la correa a Coco y le grité que se fuera a casa. Lo hizo. Es un buen chico».
Además, añade que «el primer disparo que me alcanzó fue en el antebrazo izquierdo. Entró aproximadamente una pulgada por debajo del codo en la parte inferior. Salió por arriba. Sentí como una quemadura. No particularmente dolorosa, sólo como una rápida sensación de ardor. Pensé que debía haber sido un roce. Afortunadamente, no tocó ningún hueso ni la articulación del codo y se curó muy rápido. Las cicatrices no son mucho más grandes ni más oscuras que algunas de mis manchas de la edad y probablemente tendría que señalártelas para que las notaras. Todos los dedos siguen moviéndose bien. Al principio perdí la sensibilidad en el dorso de la mano, pero la he ido recuperando poco a poco».
Asimismo, el artista concluye con que «estoy muy agradecido de que mi perro no resultara herido, y también de que el daño en mi brazo de trastear fuera mínimo. A diferencia de las otras heridas, de las que hablaré en la segunda parte».