¿Alguna vez te has preguntado por qué disfrutas tanto los conciertos? ¿Será simplemente por el hecho de encontrarte frente a tus artistas favoritos, o será por algo más? Pues existe una explicación para todas estas preguntas, y aunque suene increíble, viene de parte de la neurociencia.
La razón vendría por una relación entre los sonidos en vivo de los conciertos y la forma en que nuestro cerebro lo recibe. Conexión la cual explicaría nuestro amor por los conciertos y a no querer perdérnoslos. A continuación, te contamos el detalle de esta relación.
La razón por la que nuestros cerebros aman los conciertos
El tema fue explicado por un neurocientífico en sus redes sociales, aunque suene increíble. El Doctor Nas, quién acumula casi 205 millones de seguidores en su cuenta oficial de Instagram, dio la explicación a esta incógnita a través de un reel titulado «La neurociencia de los conciertos«.
El doctor, quién también se especializa en la investigación de la demencia, suele compartir conocimientos sobre la relación del cerebro en distintos ámbitos en sus publicaciones. En esta ocasión, analizó el fenómeno psicológico por el cual pasa nuestro cerebro durante los eventos musicales en vivo. Una situación la cual, según el mismo Doctor Nas, «Spotify no puede replicar».
Durante el clip, Nas demostró que el cerebro humano responde mucho mejor a los sonidos en vivo que la música grabada: «La música en vivo activará redes cerebrales enteras que involucran experimentar placer, procesar emociones y [reactivar] recuerdos del pasado. Cuanto mayor sea la experiencia cerebral, especialmente en las partes emocionales de tu cerebro, más profundamente te impactará [sentir ] inmerso en la música».
Además de esto, el Doctor Nas explicó que al cerebro le encanta la imprevisibilidad y que la música en vivo siempre ofrece una experiencia auditiva ligeramente diferente a un tema grabado. Esto, ya que el ambiente sonoro y lo cambios que llevan los artistas a cabo suelen variar, entregando algo diferente a una canción en Spotify, la cual suena siempre igual. En sus palabras: «nuestros cerebros se adaptan e interactúan con la música en cada momento. Así que la próxima vez que vayas a un concierto, recuerda que no solo son tus oídos los que escuchan: es todo tu cerebro el que se enciende y sintoniza para crear una experiencia única».