Noticias

Rick Rubin y «El acto de crear: una manera de ser»: Ver para crear

En su nuevo libro, el célebre productor reflexiona sobre su trabajo con músicos en el estudio de grabación.

Rick Rubin Promo Web
Getty Images

Rick Rubin es de esa clase de personas a las que amas u odias. No hay términos medios. Su oficio como productor logró notoriedad a partir de 1986, gracias a su trabajo con Aerosmith y Run DMC en “Walk This Way”. En paralelo, su sello Def Jam que fichó a Beastie Boys para publicar License to Ill y a Slayer a partir de Reign in Blood.

Def Jam, pese a los cambios de dueño y transformaciones, es una marca que cumplió cuarenta años y la mano de Rubin es un aspecto a realzar en cada álbum que ha acompañado. Porque lo suyo es justamente es estar ahí, escoltar, corregir y potenciar los procesos creativos y de eso, en el caso del antiguo estudiante de la Universidad de Nueva York, se sabe bastante.

Muchos atribuyen a él los atributos de discos que marcan pauta y redefinen sonoridades. Da buenas entrevistas, Rubin. La que tuvo con Rick Beato para su canal de YouTube es magnífica. Siempre tiene algo que decir de tal o cual grabación, siempre tiene a alguien a quien echar al agua o bajar los humos; los músicos también lo han pasado por la máquina varias veces. Muchos están agradecidos de su aporte, pero otros no lo sintieron más que como un estorbo, o bien como una celebridad que solo prestaba el nombre y se valía de varios medios pollos para hacer la pega.

Portada RUBIN

Aun así, a la hora de hablar de creatividad, su voz parece de la más autorizadas del medio. Rubin ha estado detrás de discos de Metallica, System of a Down y Black Sabbath. Pero también de Adele y Shakira. De modo que lo que hay dentro de su libro “El acto de crear: una manera de ser” (Diana-Planeta, 414 páginas) bien puede leerse como una guía para músicos que inician su camino. Son una serie mantras, si se quiere, muy cerca de la autoayuda. Que animan a que los creadores tengan las antenas levantadas en la dirección correcta. En vez de trivia (para eso hay otros libros) Rubin prefiere decir cosas como ésta:

“Si compones una canción, tal vez pienses que debería durar de tres a cinco minutos y contar con cierta cantidad de repeticiones. Para un pájaro, una canción es algo muy distinto. El pájaro no se ajusta a un formato de tres a cinco minutos ni acepta que el estribillo tenga que ser pegadizo. Y, sin embargo, la canción del pájaro es igual de sonora que la otra. Y todavía más propia del ser del pájaro. Es una invitación, una advertencia, una manera de conectar, un medio de supervivencia”.

Libros de esta clase pueden despertar sospechas; tan lleno de consejos y de buenas ideas, sin embargo, qué maravilloso es cuando alguno que ya habías pensado, algo que un día incorporaste a tu trabajo, de pronto sabes que otra persona, a cientos de kilómetros, lo pensó igual que tú.

“Ciertos sonidos graves sólo se notan con el cuerpo, no se oyen con los oídos”, anota Rubin. “Los auriculares crean una ilusión, engañan a los sentidos para hacernos creen que estamos oyendo todo lo que ofrece la música. Muchos artistas se niegan a usar auriculares en el estudio, puesto que son una mala réplica de la escucha en el mundo real”.

“El acto de crear” es un volumen al que puedes entrar por cualquier página. Está estructurado en bloques breves. Palabras como miedo, energía, paciencia, claridad, confusión y voluntad son recurrentes en este libro que, si no te hace un poco mejor como artista, al menos te hace un poco más consciente y anima a volver a intentarlo, aunque no resulte, aunque digan que tu banda solo hace ruido.

“Los grandes artistas a menudo se esfuerzan porque su trabajo parezca sencillo. En ocasiones pueden pasar años elaborando y depurando una obra con el fin de proyectar la sensación de que fue realizada en un día o un instante. Otros idealizan la planificación y la preparación. Para estos, una obra espontánea no tiene tanto mérito. La consideran más fruto de la buena suerte que una consecuencia del talento”.

Un libro recomendable para conocer las reflexiones de un productor que no teme a los cruces de la libertad creativa con la lucidez.


Contenido patrocinado

Compartir