El batería de Def Leppard, Rick Allen, estuvo a punto de morir en un accidente de coche el 31 de diciembre de 1984. Escapó con vida, pero perdió el brazo izquierdo en una de las historias más aterradoras y, en definitiva, inspiradoras de la historia reciente del rock.
El accidente se produjo cuando Allen iba a exceso de velocidad por una carretera rural cerca de Sheffield, Inglaterra. Calculó mal una curva. Se estrelló contra un muro de piedra. Y volcó varias veces con el auto. El batería llevaba el cinturón de seguridad mal abrochado. Y salió despedido del vehículo. Aunque, como le dijo a la BBC, «creo que mi brazo quedó dentro del auto».
Un profesional médico que vivía cerca envolvió la extremidad de Allen en hielo, pero los intentos de volver a colocarla en su cuerpo fracasaron debido a una infección. Tuvo suerte de sobrevivir. Pero la posición de Allen en una de las bandas más importantes del rock, que todavía estaba en lo más alto gracias a su éxito comercial de 1983, «Pyromania«, estaba obviamente en peligro. Sorprendentemente, ni Allen ni sus compañeros de Def Leppard se dieron por vencidos. El baterista dijo que se dio cuenta, mientras estaba en el hospital, de que podía tocar las partes de muchas de sus canciones favoritas con los pies.
Allen se dedicó a aprender a tocar una batería personalizada con el apoyo total de sus compañeros de banda. Accionando el tambor con el pie que normalmente utilizaba para sus pedales de hi-hat. Apenas 20 meses después, regresó triunfalmente al escenario con Def Leppard para el festival Monsters of Rock de 1986 en Castle Donington, tras una prueba en un pequeño pub.
El esperado siguiente álbum de Def Leppard, «Hysteria«, llegó en 1987, y no solo solidificó su lugar en la jerarquía del rock, sino que se vendió incluso mejor que «Pyromania». Siguen siendo uno de los conciertos más populares del rock hasta el día de hoy.
Desde una inspiradora visita al Centro Médico del Ejército Walter Reed en 2006, Allen se ha dedicado a ayudar a los veteranos de guerra que sufren trastorno de estrés postraumático como resultado de sufrir lesiones similares a las suyas. «No sabía cómo sería mi vida después de ese terrible día. Fue el momento más oscuro de mi vida», dijo Allen a ABC News en 2012. «Mi deseo es fomentar un sistema de apoyo para los guerreros. Desestigmatizar el trastorno de estrés postraumático. Compartir sus historias y ofrecer formas alternativas de allanar el camino hacia la resiliencia y la salud».