Nirvana ya ha quedado grabado en piedra como una de las últimas bandas que revolucionó el rock hace décadas. Aunque han pasado muchas generaciones desde que Kurt Cobain gritó a todo pulmón durante el video de «Smells Like Teen Spirit», todavía no hay nada que capture mejor esa sensación de angustia de un adolescente que ver a un gimnasio lleno de chavales enloquecer por el hard rock. Sin embargo, eso fue antes de verlos en el escenario, y Dave Grohl sostuvo que un espectáculo se destacó como uno de sus mejores momentos.
Sin embargo, si miramos su historial como banda en vivo, veo que Nirvana tenía un enfoque un tanto único sobre el escenario. Además de tener que completar todo como un trío, sus primeras ideas incluían algunos de los momentos más punk rock de la escena de Seattle, ya sea cuando Cobain aparentemente tuvo un colapso mental en el escenario o cuando él y Krist Novoselic destruyeron su equipo durante los últimos minutos del espectáculo.
De hecho, hay quienes sostienen que Nirvana era un desastre absoluto cada vez que tocaba en vivo. No se podía saber si uno de sus shows iba a estallar en uno de los mejores momentos de la historia del hard rock o si la banda iba a implosionar en cualquier momento si Cobain se lanzaba a la batería o se lanzaba al público.
Ese tipo de energía provenía de que Kurt Cobain no quería estar en una banda de esa magnitud. Ser respetado como compositor puede haber sido bastante agradable, pero sabía que un recinto del tamaño de un estadio no era ni de lejos el tipo de lugar en el que quería estar. Especialmente cuando significaba compartir el escenario con los nombres más importantes de la historia del rock.
El mejor show de Nirvana para Dave Grohl
A pesar de que 1992 fue uno de sus años más importantes hasta el momento, el Festival de Reading fue un momento extraño para Nirvana. Se decía que Kurt Cobain no podría hacer el concierto y que iba a dejar la vida de gira para solucionar sus problemas con las drogas, pero en el momento en que la banda salió al escenario con el líder en silla de ruedas, dieron uno de los shows de rock and roll más locos que cualquier banda grunge haya dado jamás.
Incluso años después del show, Dave Grohl sintió que ningún otro concierto de Nirvana superó lo que hicieron, diciendo: «Había tantos rumores de que la banda se estaba separando, que Kurt estaba en rehabilitación, que nos estábamos autodestruyendo. Subimos al escenario frente a 60 mil personas sin ensayar y dimos uno de los mejores shows que hemos tenido. Demostró que los tres teníamos una química que iba más allá de una sala de ensayo o una portada de revista».
Su set inolvidable en Reading 1992
Comparados con todas las demás bandas de rock del cartel, Nirvana parecía salir rugiendo como perros rabiosos. A pesar de los problemas constantes de Cobain para estar en el escenario y su creciente dependencia de las drogas, el ir y venir entre ellos en la audiencia parecía como si pirañas atacaran a un jamón.
Y aunque no todo estaba perfectamente afinado ni nada por el estilo, ver a Cobain lanzar algunas críticas a los medios y burlarse de su condición de grupo de rock de estadio fue la mitad de la diversión de verlos en el escenario. Toda la mentalidad detrás de la música alternativa era estar fuera de la corriente principal, así que cuando finalmente llegaron a la gran época, verlos burlarse del rock and roll fue indirectamente una de las mejores decisiones que pudieron haber tomado, consigna Far Out Magazine.