En la historia del rock, algunos estudios de grabación se convirtieron en templos sagrados, y Sound City en Los Ángeles es uno de ellos. Desde su apertura en 1969, albergó sesiones de leyendas como Elton John, Fleetwood Mac, Neil Young y Santana. Pero si hay un disco que quedó grabado en sus paredes y en la memoria colectiva, es Nevermind de Nirvana.
El segundo álbum del trío liderado por Kurt Cobain, producido por Butch Vig, no solo impulsó al grunge a la cima mundial, sino que también marcó a toda una generación de músicos. Entre ellos, Arctic Monkeys, quienes en 2011 decidieron viajar hasta California para grabar su cuarto disco, Suck It and See, en busca del sonido crudo y enérgico que Nirvana inmortalizó en ese mismo lugar.
Un disco inspirado en el vivo
Alex Turner, vocalista y cerebro de los Monkeys, contó a NME que la banda británica intentó capturar la esencia de Nevermind. “Queríamos grabar bastante en vivo, y la sala de batería de ahí es en la que tocaron Nevermind, así que fue una gran atracción”, explicó.
Para reforzar esa conexión, se encontraron con un personaje clave: un ingeniero que había trabajado en las sesiones de Nirvana y que seguía en Sound City. “Era un tipo serio, a quien respetamos. Teníamos que intentarlo de verdad y no perder el tiempo con ninguna versión de Nirvana”, recordó Turner.
Y si bien el británico aseguró que no se plantearon hacer covers del icónico álbum de 1991, sí reveló qué canción de la banda de Cobain elegirían si alguna vez decidieran versionarlos. No sería una de Nevermind, sino Very Ape de In Utero. “Esa sería la mejor opción de ellos para que versionemos”, sentenció.
Así, Suck It and See nació con la intención de capturar la energía en vivo que hizo de Nevermind un disco eterno, demostrando que el legado de Nirvana sigue resonando en las bandas que vinieron después.